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Giuseppe Recco

Bodegón con granadas, membrillos y flores. Pulse para ampliar

Bodegón con granadas, membrillos y flores

Ca. 1675.Salto de línea Óleo sobre lienzo.Salto de línea 67,5 x 184 cm.Salto de línea Inv. 03864.Salto de línea Ubicación: Comedor de Gala

Bibliografía: CHERRY, P.: La pintura de bodegón en las colecciones del museo Cerralbo.

Hay lagunas sobre la trayectoria artística de Recco, que quizá se deban a que comercializó sus obras en el mercado libre, prescindiendo de contratos escritos. Trabajó para varios virreyes españoles en Nápoles y en un documento de 1682 se le califica pintor del Marqués de los Vélez, Fernando Joaquín Fajardo de Requesens y Zúñiga, virrey desde 1675 a 1683. Fuentes de la época relatan como Carlos II llamó al pintor a la corte madrileña, pero al llegar a España murió inesperadamente en el puerto de Alicante en 1659. Ostentó el título de caballero de la Orden de Calatrava sobre 1667, y en sus últimos años firmaba como EQS RECCO.

Artista prolífico y versátil de la escuela napolitana, con amplia gama de géneros dentro de los bodegones. Los cuadros del Museo Cerralbo, entre los que se encuentra el representado, se pueden considerar como paradigma del repertorio de ingredientes de los bodegones napolitanos. Recco busca un aire rústico, tosco en la selección de elementos, aunque algo matizado por la elegante pieza de vidrio con flores, que lleva una burbuja de cristal azul en su interior, artificio utilizado como decoración de jarrones muy de moda en la época.

Obra de naturalismo sincero, con luz tenebrista y ricas superficies de pigmento que evocan las texturas de los elementos representados, típico de las tradiciones napolitanas de la pintura de bodegones. Una fuerte luz se desliza desde la izquierda del cuadro, proyectando sombras que producen mayor contraste. Los tonos rojos, anaranjados y amarillos de las granadas y membrillos forman el centro luminoso de la composición, mientras que otros tonos parecen emerger desde la penumbra en una acertada disposición.

Recco los pintó con gran esmero, cosa que es apreciable en el dibujo y sombreado particularmente fino de las flores, o en las frutas cuidadosamente modeladas con delicadas pinceladas entrecruzadas e impresiones de color puro para intensificar su saturación cromática.

La pareja de pinturas constituyen cuadros de sobrepuertas, a juzgar por su formato apaisado de grandes dimensiones, que el Marqués colocó en su Comedor de Gala del palacio madrileño.

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