Número de inventario: 6942. Castellón de la Plana.
Acero. 7 x 5 cm.
El anzuelo es uno de los instrumentos de pesca más antiguos que existen, variando muy poco su forma desde la Edad de Bronce (J. M. Navaz y Sanz, 1945: 14). Siempre va unido al aparejo por un cordel madre del que pueden nacer otros secundarios más finos, llamados brazoladas, reinales, pipios, etc. (M. S. de la Cueva Sanz, 1990: 33).
Los aparejos solían ser de cordel de cáñamo, pero en este caso se trata de un alambre de acero fino, llamado cuerda de piano. Tradicionalmente, en la Comunidad Valenciana, se utilizaba este aparejo para la pesca del atún (B. Rodríguez Santamaría, 1923: 82). Se llamaba piano anclador y llegaba a cinco brazas de profundidad. El anzuelo podía ser de hierro galvanizado, muy utilizado para la pesca del bonito y del atún en el Cantábrico, o de acero.
También se utilizaba para la pesca de otras especies como tiburones o tintoreras, aunque para los escualos en general son más corrientes los aparejos de cadena, que no puede ser partida por su dentadura.
Y es que tanto el aparejo, como las dimensiones del anzuelo varían mucho en función de las especies a capturar. El tamaño de un anzuelo oscila entre veinte centímetros de largo por ocho de ancho en un anzuelo de cadena para peces de fondo, y uno de dos centímetros de largo por uno de ancho para la pesca costera y en rías.
La pesca con anzuelo ya en la primera mitad del siglo XX no fue tan utilizada como en épocas anteriores, sustituyéndose por otras técnicas más intensivas (B. Rodríguez Santamaría, 1923: 79). Se puede decir que las artes de anzuelo y aparejo son ecológicas, puesto que nunca van a afectar a las larvas y a los inmaduros, y no producen daños a los fondos marinos, como otras técnicas de arrastre o cierta clase de redes. Por eso, muchas especies pescadas hoy en día con anzuelo son más valoradas en los mercados que si son capturadas con otras técnicas, debido a que el pescado queda con la carne más firme, sin aplastarse ni cambiar de color.
CLV