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Cascapiñones

Cascapiñones

Número de inventario: 11843.

Marfil, hierro, cobre. 8,5 x 5 x 0,7 cm.

En la larga historia del marfil como materia prima –aparece ya en el paleolítico Superior– se ha recalcado siempre su carácter lujoso, asociado a la religión o al poder real (baste mencionar el trono de marfil de Salomón, del que habla la Biblia). Tras épocas en las que los objetos fabricados con él son claramente aristocráticos, a partir del siglo XVII su uso pasa a ser más amplio, sin por eso dejar de estar asociado a las clases pudientes, y se aburguesa, apareciendo en mangos de pistolas, de cubiertos... (E. Mannoni, s. f.: 5, 12 y 55), llegando a algo que cabría calificar de mucho más prosaico, como este cascapiñones.

L. Charbonneau-Lassay (1997: 276-278), por su parte, señala que este material tiene una antigua simbología religiosa que lo asocia a la luna en rituales protohistóricos y que, por su color, se vinculará a la pureza y la castidad y, ya en la Edad Media, a Cristo.

Conviene destacar que la actitud europea asociada al marfil, durante el siglo XIX, conduce a la eliminación masiva de elefantes –entre 1872 y 1874 se cazan unos 2000, sólo en Zimbabwe–, de manera análoga a lo que ocurre con otros animales exóticos buscados por sus pieles o sus plumas (P. Galloni, 2000: 198-199).

Aunque no es éste el apartado en que se resalta el valor simbólico del león, hay que indicar que tanto la elección de este animal, como cierre móvil, como su actitud rampante enlazan con el carácter simbólico señorial, nobiliario, real de la materia en que está hecha la pieza.

Publicado en VV. AA. (1998 a: 122, nº 160).

JLMC

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