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Estampa, "Nuestra Señora del Socorro"

Estampa, Nuestra Señora del Socorro

Número de inventario: 65841.

Papel. 29,5 x 21 cm.

Esta imagen y las imágenes 67045, 75820, 79599 tienen en común la representación de unos seres mixtos y monstruosos, que no existen en estado natural, sólo en la imaginación, al igual que los ángeles. El punto de partida suele ser una forma figurativa, guardando algunos de estos seres un mayor parecido con los hombres. A éstos se les ha identificado como demonios. Según Heinz Mode (1980: 29) los demonios pertenecen a la categoría hombre-animal y tienen una actitud humana con rasgos fisiológicos de carácter animal. Uno de sus más destacados rasgos es esta mezcla de elementos que conlleva una combinación de propiedades, facultades y características. Su forma puede tomar como punto de partida la del hombre para posteriormente añadirle elementos que pertenecen a animales, como pezuñas, alas, garras y cuernos... siempre tamizados por el mal. Por ejemplo, las alas las tiene en recuerdo de su pasado como ángel, pero son alas cartilaginosas, de murciélago, con membrana tensa, unas alas que difunden la oscuridad.

Demonio viene del griego daimon, que designa en primer lugar a un dios o una diosa, y más adelante, en plural, a las divinidades inferiores o las almas de los muertos a las que se suponen dotadas de fuerzas sobrenaturales (A. Gerard, 1995: 298). Son los ángeles caídos servidores de Satán.

Lucifer, Satanás, Belcebú son algunas de las distintas denominaciones que se utilizan para designar al diablo. Éste era uno de los ángeles que se opuso a Dios. Satanás, como se le denominaba en la terminología hebrea, significa “acusador” y como consecuencia de las traducciones primero al griego y luego al latín se convirtió en el nombre del diablo.

Los diablos podrán adoptar innumerables apariencias de animales: San Pedro nos habla de Lucifer como un león rugiente, la serpiente tentadora (a la que ya hemos hecho alusión), el macho cabrío, el perro, el mono, el gato, el sapo y un largo etcétera.

En la estampa de Nuestra Señora del Socorro (65841) a este ser se le identifica mayoritariamente con un dragón, palabra que proviene del latín: draco que significa serpiente en clara alusión a la serpiente tentadora del Paraíso. El dragón también es un ser mixto, suele tener forma de serpiente, con escamas, alas, garras, las patas delanteras suelen ser de león y las traseras de águila.

El Antiguo Testamento nos habla de Leviatán, como una serpiente, con dientes, escamas, que echa fuego por la boca y a veces con múltiples cabezas.

Las imágenes en las que aparece la Virgen mostrando al niño y golpeando al diablo (65841, 67045 y 75820) recuerdan a la visión que tuvo la Sibila Tiburtina: Hic te majorem ipsum adora (Éste es más grande que tú, adórale), imagen que artísticamente se conoce como Aracoeli y que se convertirá en una de las representaciones pictóricas habituales de aparición de la Virgen (S. Stratton, 1988: 40).

CNZ

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