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Cuerna

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Cuerna

Número de inventario: 8988. Salamanca.

Asta, metal, corcho. Long. 29; diám. máx. 7 cm.

La imagen de Adán, Eva y la serpiente enroscada al árbol del Bien y del Mal es un motivo muy repetido en la cultura occidental, ya que lo que ocurre en ese momento marca uno de los momentos cruciales de la tradición cristiana. La tentación a la que el demonio somete a los primeros seres humanos simboliza su poder de cambio –hacia el realismo y hacia la pérdida de bienes adquiridos–. La figura de la serpiente, elegida como plasmación material de diablo, enlaza con una de sus características más ampliamente reconocida, como es la astucia. La serpiente como animal maligno, aparece asociada al demonio en el cristianismo por este episodio, que encontrará su contrapunto en su derrota, siendo pisoteada por la Virgen, como aparece en la pieza 65696 de esta Exposición. Conviene no olvidar que este animal se encuentra vinculado, a veces de forma muy estrecha, con el dragón, que también puede ser guardador de árboles con frutos preciosos en el mundo antiguo (recordemos las manzanas del jardín de las Hespérides).

En ambas piezas, la figura de Adán participa de un rasgo que se encuentra en la iconografía medieval: se lleva una mano a la garganta (en la cuerna la otra va a la boca), pareciendo que la representación en la cuchara es una copia de la cuerna, simplificada, por falta de espacio. Por su parte, L. Cortés Vázquez (1992: 24 y 102) sugirió que la escena de la tentación debió copiarse de alguna fuente al alcance de muchas personas dado que, como ocurre aquí, hay dibujos “prácticamente idénticos”. M. E. Sánchez Sanz (1984: 129) anotó la presencia de este tipo de escenas en cucharas de boj, talladas por un pastor de Sinués en el Pirineo oscense, donde las figuras aparecen en relieve, y no incisas.

La cuerna se data hacia 1850 y presenta otras imágenes religiosas en las que participan los animales, tales como el milagro de San Isidro, con el ángel arando con sus bueyes. Además, la iconografía se complementa con algunos animales salvajes, como león, ciervo (?), pájaros, y domésticos como toro, pavo, cerdo y cabra.

La cuerna en J. Caro Baroja (1950: 18, 28 y lám. III), quien la pone en relación con olifantes medievales, y C. García Medina (1987: 55).

JLMC

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