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Carro

Carro

Número de inventario: 61833. Cacabelos (León).

Madera, hierro, algodón. Rueda: diám. 108; estrado. 470 x 110; cesto: 243 X 97 x 80; llanta: 6 cm.

La elección de esta pieza está motivada por dos razones que inciden en los animales que tiran de él: la forma en que va “armado” –lleva un cesto para efectuar la vendimia– y el carácter híbrido de su tipología. La primera, tiene que ver con el peso que implica un “cesto” de madera de álamo lleno de uva como el que va colocado sobre el “estrado”. De los posibles productos agrícolas con que se puede cargar un carro quizás sea la uva el más pesado, frente a los haces de cereal, la paja o el estiércol (este último porque se asocia a armaduras de carro mucho más bajas, que implican una menor cantidad de materia).

La segunda característica tiene que ver con el tipo de eje y las ruedas. En este caso el eje es fijo y las ruedas radiadas pero, a pesar de ello, la zona de donde procede y la morfología del resto del carro hacen pensar que antes hubo allí carros de eje móvil que gira solidariamente con las ruedas macizas (J. L. Mingote Calderón, 1996 b). La diferencia entre ambas soluciones –en relación con los bueyes o vacas que tiran de él– es que el tipo primero es más manejable que el segundo, ya que éste pide un mayor esfuerzo, sobre todo cuando se aumenta la presión sobre el eje, lo que dificulta el giro del mismo. Esta posibilidad tiene como misión asegurar el transporte, disminuyendo la velocidad, en caminos problemáticos o cuando la carga pesa mucho. Frente a este sistema de freno (había otros), en los carros de rueda radiada suele aparecer un sistema de frenado basado en zapatas que presionan la llanta de la rueda, impidiendo que gire.

A lo largo del siglo XX, el carro ha pasado a de ser un transporte de rico –frente al uso de caballerías–, a serlo de pobre, al ser comparado con el camión, y finalmente a desaparecer prácticamente de los campos.

JLMC

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