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Caminos de Santiago de Compostela: Camino Francés y Caminos del Norte de España

Navarra, La Rioja, Castilla y León , Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Aragón

Año de inscripción: 1993Salto de línea Salto de línea El Camino de Santiago ha significado en la historia europea el primer elemento vertebrador del viejo continente. Esta ruta de peregrinación cristiana tuvo una gran importancia durante el medievo, dejando una impronta artística y cultural muy importante. Jugó un papel fundamental en el fomento de intercambios culturales entre la Península Ibérica y el resto de Europa durante la Edad Media propiciando un desarrollo cultural y económico de las zonas por las que discurría. El flujo de personas e ideas de toda Europa todavía pervive.

El Camino de Santiago ha ido unido indisociablemente a la cultura, a la formación y a la información. Cuanto se decía, predicaba, contaba, cantaba, esculpía o pintaba en el camino alcanzaba cada vez a más gente y a más lugares. Gracias a su influjo en el arte y la literatura, Compostela, junto con Jerusalén y Roma, se convirtió en meta de la sociedad cristiana, especialmente entre los siglos XI y XIV. El camino, fenómeno de peregrinación o jacobeo, llegaría a ser un foco catalizador de toda la sociedad cristiana.

La historia del Camino de Santiago se remonta a los albores del siglo IX con el descubrimiento del sepulcro de Santiago el Mayor, evangelizador de España. El hallazgo del sepulcro del primer apóstol mártir supuso encontrar un punto de referencia indiscutible en el que podía converger la pluralidad de concepciones de distintos pueblos ya cristianizados, pero necesitados en aquel entonces de unidad. La creencia cada vez más extendida en los milagros de Santiago provocó que la gente comenzara a peregrinar hacia Santiago de Compostela para obtener su gracia. Estas peregrinaciones constituyen el inicio del Camino de Santiago, que se consolida en los siglos XII y XIII con la concesión de determinadas indulgencias espirituales. Esta primera ruta, que partía de Oviedo, se ha denominado el Camino Primitivo. Pero el auge de las peregrinaciones se desarrolla en el siglo XI cuando, por orden de los reyes Sancho III el Mayor y Sancho Ramírez de Navarra y Aragón, así como de Alfonso VI, se refuerza y promociona la arquitectura a lo largo del camino, con lo que se instituye el Camino Francés. Así, de las rutas medievales que se dirigían en la Península Ibérica a Santiago de Compostela, el llamado camino francés se convirtió en el más importante. A su paso a través de importantes centros religiosos y civiles —muchos de los cuales crecieron a la sombra de las peregrinaciones—, nos ha dejado una espectacular muestra de testimonios artísticos. Este camino, declarado Patrimonio Mundial en 1993, inicia su recorrido en la ciudad de Valcarlos (Navarra), se une en Puente de la Reina con el Camino Aragonés que atraviesa municipios como Jaca, Estella, Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Nájera. Burgos, León o Astorga. Recorre así Navarra, Aragón (Huesca y Zaragoza), La Rioja, Castilla y León (Burgos, Palencia y León) y Galicia (Lugo y A Coruña). Además del camino francés, hay en España otras vías de acceso hasta Santiago: el Camino del Norte, la Ruta de la Plata, el Camino Portugués o el Camino Inglés.

La importancia del Camino de Santiago radica no solo en las obras artísticas que nos ha dejado -está jalonado por más de 1.800 edificios religiosos y civiles de interés histórico-, sino en los lazos religiosos, culturales y económicos establecidos en esta red de peregrinación. Salto de línea

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