En 1899 se encontró en la colina de Hušnjakovo en Krapina, el mayor número de materiales fósiles neandertales de Europa. El descubrimiento incluía unos novecientos restos humanos de aproximadamente ochenta individuos, así como huesos de varios animales que datan del año 125 000 a.C.
Krapina ha sido objeto de estudio e interpretación por su aporte científico a teorías de la evolución humana. El asentamiento ha permitido a expertos, profundizar acerca de la forma de vida de las comunidades homínidas en Europa durante el Pleistoceno.
El asentamiento es propiedad de la República de Croacia y lleva protegida por ley nacional desde 1948. Aunque la colección original se encuentra en Zagreb, en 2010 se creó el Museo Neandertal de Interpretación, próximo al asentamiento, cuyo fin es presentar de manera interactiva el origen y la evolución del ser humano en la Tierra. Este museo es un importante instrumento para la difusión del patrimonio y la formación en el espíritu de conocimiento de la historia paleontológica europea.