La abadía de Cluny fue fundada en el año 910 y llegó a convertirse en el centro espiritual y administrativo de una de las mayores redes monásticas en la historia de Europa. Facilitó la circulación de personas, libros, ideas artísticas y el conocimiento científico fuera de las fronteras del país. Desde los monasterios de Cluny, a través de sus escuelas y textos, se ejerció gran influencia en la promoción de la alfabetización y el aprendizaje en muchas regiones de Europa; esto sirvió para formar a alguno de los profesores más brillantes y líderes intelectuales de su tiempo, como Pedro el Venerable.
El monasterio de Cluny se significó por su rol en el asesoramiento político y espiritual a reyes, nobles, y el papado; por ello, jugó un importante papel en la política y la diplomacia internacional mediante la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos mediante la idea de la Paz de Dios.