Fue construida en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, por soldados austro-húngaros en memoria de los miles de compañeros que murieron en esa zona. Las tropas Austro-Húngaras estaban compuestas por soldados de diferentes nacionalidades (austriacos, húngaros, checos, eslovacos, polacos, ucranianos, eslovenos, croatas, bosnios, serbios, rumanos, turcos, etc.) y de diferentes religiones (católicos, cristianos ortodoxos, evangélicos, musulmanes y judíos). La capilla está dedicada al Espíritu Santo y el mensaje principal es el perdón, la coexistencia y la paz.