¿El libro o la película? ¿Cuántas veces te habrán hecho esa pregunta? Seguro que alguna que otra. ¿Por qué elegir si la relación entre literatura y cine es una simbiosis creativa que enriquece ambas formas de expresión, permitiendo que historias atemporales sean reinterpretadas por nuevas audiencias, demostrando la perdurabilidad y la relevancia de sus relatos?
La literatura también se celebra en la pantalla siendo la adaptación de obras literarias al cine uno de los temas que más debates y análisis ha generado. Muchas películas han encontrado su origen, desde los albores de la industria cinematográfica, en obras literarias, adaptando las historias y los personajes a la gran pantalla. Basta recordar cómo la adaptación de cuentos, novelas y obras teatrales ha sido práctica común desde los primeros años del cine mudo, siendo autores como Lope de Vega, Benito Pérez Galdós, Miguel Delibes, Emilia Pardo Bazán, Elvira Lindo, Almudena Grandes o Camilo José Cela, entre tanto otros, buen ejemplo de ello.
Literatura y cine se han entrelazado por tanto a lo largo del tiempo, enriqueciéndose mutuamente y proporcionando nuevas perspectivas a las historias y los temas que han cautivado a generaciones de lectores y espectadores.
En este bloque nos adentraremos en el cine y en la literatura española a través de dos películas y de las dos obras literarias que las inspiraron, un viaje para disfrutar como espectador y lector, comprendiendo los valores artísticos de cada obra de forma independiente y sin jerarquías estéticas. Para los que amamos la ficción, literaria y fílmica, como un espacio de libertad y de sueños.
Párate un momento a pensar: ¿Qué escena te viene a la cabeza si piensas en Madrid a través de alguna película? ¿Echas de menos algún barrio?
Madrid ha sido escenario de cientos de inolvidables películas que han retratado a lo largo de los años su geografía, su arquitectura, sus transformaciones o problemáticas, convirtiéndola en un personaje más de sus historias. Del centro hasta la periferia, la ciudad ha servido para comprobar que una Gran Vía vacía puede ser un perfecto escenario de ensoñación y pesadilla, que los veranos pueden ser aliviados en pleno centro de la ciudad con riegos inesperados, que sería fácil perdernos por los atestados mercados de la Plaza Mayor en Navidad, que el mismísimo Anticristo podría aparecer al lado de un cartel de refrescos o que las verbenas de verano pueden ser el match perfecto para un mes de agosto urbano.
En este bloque nos adentraremos en dos películas que nos permitirán viajar al Madrid de los años cincuenta del siglo XX.
Muchas de las historias que se han contado en el cine han querido abordar las complejidades emocionales y en ciertos casos la violencia que pueden estar encerradas en las relaciones íntimas, ya sean familiares, de pareja o amistad.
En este bloque nos adentraremos en tres películas que abordan esa difícil problemática desde distintas perspectivas con el objetivo de hacernos más conscientes de los delicados mecanismos de las emociones, así como contribuir a la sensibilización y prevención de la violencia de género.
Luis Buñuel, uno de los exponentes más importantes del cine en el siglo XX y genio del cine surrealista desafió las convenciones cinematográficas y sociales a lo largo de su carrera. Con una visión provocativa y única -a la par que universal- buceó en la complejidad del subconsciente, desafiando las nociones tradicionales de narrativa y realidad, legando una filmografía que sigue resonando e influyendo en el panorama actual cinematográfico.
En este bloque nos adentraremos en dos títulos que nos permitirán aproximarnos a su figura y a su surrealista universo. En el primero de ellos, el cineasta Salvador Simó lo homenajea mediante una brillante historia de animación. En el segundo, nos sumergiremos en una obra experimental clave de la historia del cine y de las primeras vanguardias del siglo XX que rompió con todas las convenciones cinematográficas de la época: Un perro andaluz, primera colaboración con Salvador Dalí, con quien exploró el inconsciente y temas como el deseo y la violencia, utilizando imágenes impactantes y simbólicas, creando algunas de las obras más icónicas del cine surrealista.