Titulo atribuido:
Testimonio de Isabel de Huisen y Catalina de Lizenberg madres de la Órden de San Francisco, de la entrega de reliquias de un inocente degollado por Herodes y un estuche con un lignum crucis a Manuel Vega Cabeza de Vaca, capitán de la infantería española, gobernador y legado del rey de España en Alemania.
Signatura:
Fecha Creación:
1587-05-31
Elisabeth de Huisen, S. Catharina de Luzenberg submater ceterque sorores domus beate Marie prope Rhynern [sic] ordinis domini Francisci, generoso deoque devoto viro Manuel de Bega Cabeza de Vaca gubernatori legato regis Hispanie salutem et per virtutum merita ac devotarum orationum suffragia vitam et gloriam consequatur sempiternam. Cum iure divino lex mutue charitatis generaliter omnibus nos obliget et afficiat debitores, illis tamen quorum erga nos et ordinem nostrum maiorem charitatis devotionisque affectum certis indiciis experimur nos merito reddit peramplius obligatos. Hinc est quod exigentibus pie vestre devotionis meritis quam ad nos nostrumque conventum geritis prelibatum plenam vobis conventui nostri concedimus omnium spiritualum honorum participationem in vita pariter et in norte, videlicet Missarum orationum, ieni nostrorum et abstinentiarum et vigilitiarum ceterorumque exercitorum spiritualum, que per nos divina clementia dignabitur operari. Addentes insuper de gratia spirituali quod cum obitus vester - quem Deus felicem faciat - et per presentes literas denunciatus pro vobis faciemus tricennarum seu triginta missas defunctorum ac alia beneficia spiritualia sicut pro huiusmodi amicis et benefactoris nostris facere consuerimus ut per viscera misericordie dei nostri ex multiplici suffragorum presidio, et hic a malis protegi et in futuro mereamini in aeterna tabernacula introduci. Et quia totum conventum reformastis verbo et exemplo, ditastis pro memoriale - speciosa hominis mundi non suppetunt – conventus prelibatus noster supplens Nobilissimi Manuel de Begas in Reliquiis venerandis desiderium primo infantium caput ab Herode trucidati et inmaginem Virginis Mariae depictam. Insuper ego Ludovicus Falconius presbiter pater ibidem servus vester in Domino, ex thecis in altaribus nostris concensum omnium sororum apertis et thecam parvam optavi in qua de ligno Sancte Crucis figure crucis suffixum in qua Salus mundi pependit dominus Ihesus Christus deque loco ubi captus item sepulcrus deque Innocentius nec non de Maria Magdalena, tandem de loco ubi Christus flevit super Iherusalem et monte Sion animo prompto et magna reverentia thesaurum quem in angustia et periculis amplectendum per presentes obtulimus. Datum sub sigillo nostro parvo. Anno domini millesimo quingentisimo octogesimo séptimo pridie Innocantium.
Ludovicus Falconius presbiter scripsit et [firma]
S. Elysaet van Husen moder
S. Caterina Lutzenberg under moder
Elisabeth de Huisen, S. Catharina de Luzemberg, madre inferiora, y todas las otras hermanas de la casa de María de la orden de San Francisco, cerca de Rhynern, saludamos al generoso y devoto en Dios Manuel de Vega Cabeza de Vaca, teniente de capitán del rey de España: que por los méritos de sus virtudes y los sufragios de sus piadosas oraciones alcance la vida y la gloria eterna.
Aunque, según derecho divino, a todos nos une y hace deudores la ley de mutua caridad, sin embargo, con más razón estamos obligadas hacia aquellos cuya caridad y respeto hemos experimentado en nosotras mismas y en nuestra orden. Por lo tanto, esto es lo que exigen los méritos de la piadosa devoción que usáis con nosotras y habéis manifestado, como es dicho, hacia nuestro convento: os concedemos la plena participación [de nuestros] beneficios espirituales así en [vuestra] vida como en [vuestra] muerte, a saber: los de nuestras misas y oraciones, ayunos, abstinencias y vigilias y otros ejercicios espirituales que, por la divina clemencia, se juzguen dignamente realizados por nosotras [y], además de la gracia espiritual, lo que a su fallecimiento (que Dios haga feliz) anuncia la presente carta: que celebremos por vos un tricenario, o sea, treinta misas de difuntos y los otros servicios espirituales que solemos hacer para tales nuestros amigos y bienhechores a fin de que, por la profunda misericordia de Dios, custodiado por los numerosos sufragios, merezcáis estar protegido del mal ahora y, en el futuro, ser introducido en la morada eterna. Y porque reformasteis todo el convento con vuestra palabra y ejemplo, y lo enriquecisteis para su memoria -pues no bastan las hermosuras del mundo- nuestro convento provee al nobilísimo Manuel de Vegas en el deseo de venerar, en primer lugar, la cabeza de un inocente degollado por Herodes y de una imagen pintada de la Virgen María. Además, yo, Luis Falconius, sacerdote, vuestro padre y al mismo tiempo siervo en el Señor, con el acuerdo expreso de todas las hermanas, he elegido del depósito de nuestros altares un pequeño estuche en el que está fijada una figura de la cruz en la que fue colgado nuestro señor Jesucristo, salud del mundo, del mismo lugar donde fue prendido y sepultado, donde lloró por los inocentes, no por María Magdalena, y luego sobre Jerusalén y el Monte Sión con alma solícita y gran reverencia. Tesoro que trajimos abrazando angustias y peligros. Dado bajo nuestro sello pequeño. Año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de 1587, víspera de los Inocentes.
Luis Falconius, lo escribió y signó.
Sor Elisabet van Husen, madre.
S. Caterina Lutzenberg, madre inferiora.
Transcripción y traducción:
Adéläide Sávy (École nationale des chartes) bajo la supervisión de Archivo Histórico de la Nobleza.