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Las cartas del escultor Mariano Benlliure
Kaulak (Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo) Mariano Maldonado Dávalos, conde de Villagonzalo, y su nieto. 1914. Colección Patricia Maldonado.
En junio de 1915 Mariano Miguel Maldonado Dávalos
(1851-1921), VII conde de Villagonzalo, encargó a su amigo el escultor valenciano Mariano Benlliure una escultura en mármol de su nieto, Fernando Roca de Togores Maldonado (1913-1920), hijo mayor de los marqueses de Torneros.
Mariano Benlliure (1862-1947) nació en Valencia en el seno de una familia humilde, pero de amplia tradición artística. Con apenas cinco años acudió al estudio del pintor Francisco Domingo, pero tras un viaje a Roma en 1879 decidió dedicarse enteramente a la escultura. En 1887 se estableció en Madrid, donde gozó de gran fama gracias a los bustos y monumentos públicos que le fueron encargados. Entre ellos la ejecución de la escultura que nos ocupa.
Mariano Miguel Maldonado Dávalos, VII conde de Villagonzalo, encargó a su amigo una escultura de su nieto de dos años, Fernando Roca de Togores Maldonado, hijo a su vez de María Luisa Maldonado Salabert, que había sido retratada por Joaquín Sorolla unos años antes.
En este caso el artista modeló primero la figura en barro y terminó la misma en febrero de 1916, una talla en mármol de Carrara. El niño, de solo dos años, aparece como un San Juan Bautista abrazando a un cordero.
Recientemente en el Archivo Histórico de la Nobleza de Toledo, durante los procesos técnicos de signaturación y descripción, han aparecido en el fondo de los condes de Villagonzalo, una serie de cartas, escritas y firmadas por Mariano Benlliure dirigidas a Mariano Miguel Maldonado Dávalos, entonces VII conde de Villagonzalo, quien le encargó la escultura.
Dichas cartas se encuentran entre las cuentas de administración y facturas de la familia correspondientes al mes de marzo de 1916 (VILLAGONZALO,C.327,D.171-250). A parte de las cartas, aparecen otros dos documentos que hacen referencia a este encargo: primero, un cuadrante de cuentas y gastos del mes de marzo, donde está reflejado el abono en la cuenta corriente del Banco de España de 20.000 pesetas a favor del escultor Mariano Benlliure (VILLAGONZALO,C.327,D.171); y después, una factura del importe del pedestal de la estatua del niño, encargada al taller de marmolistas Arévalo e Hijo de Madrid, fechado en 29 de febrero de 1916 y con la firma de conformidad del artista (VILLAGONZALO,C.327,D.236).
Carta manuscrita de Mariano Benlliure al conde de Villagonzalo
Las cartas se hallan al final de la carpetilla del mes de marzo y contienen lo siguiente: un sobre que dice “Recibo y cartas de Mariano Benlliure para la ejecución de la estatua del hijo de los Marqueses de Torneros D. Fernando Roca de Togores y Maldonado. Madrid 2 de Marzo de 1916” (VILLAGONZALO,C.327,D.242-250), más nueve cartas.
Es de resaltar la gran amistad que debió existir entre Mariano Benlliure y el conde de Villagonzalo, por la forma de dirigirse y despedirse en las cartas. En casi todas, hallamos expresiones como “Mi querido amigo” o “Muy respetado y querido amigo” o “Mi distinguido amigo”, también “se sirva muy respetable amigo”, “suyo igualmente cariñoso amigo”, “mi devoto y viejo amigo” o “su afectísimo y devoto tocayo”.
Por la descripción de las cartas, es de suponer que el conde de Villagonzalo encargó la obra el 5 de junio de 1915, en VILLAGONZALO,C.327,D.250, el artista le dice al conde cuando puede ir a visitarle “Muchísimo gusto tendré en verle por este su estudio donde me encontrará de 10 de la mañana a 9 de la noche. Hoy almuerzo fuera pero a las cuatro ya estaré de vuelta. Para mayor seguridad avíseme por teléfono. Para evitarle la molestia de venir hubiese ido yo a su casa pero… Tengo muchos deseos que vea vd el estudio. De todos modos vd dispone.”
Mariano Benlliure. Fernando Roca de Togores. 1916. (Imagen: Archivo Fundación Mariano Benlliure, Madrid).
Unos días después Mariano Benlliure se dirige al conde para decirle cuando empezará la obra, el material que utilizará y el precio de la misma “en esta semana, como le dije, terminaré lo más urgente de las obras que en la actualidad estoy ejecutando; para en la próxima poder empezar la estatuita de su precioso nietecito que vd ha tenido la bondad de encargarme. Pero… atendiendo gustoso a sus deseos, me permito indicar el precio de la misma, ejecutada, naturalmente, en mármol de Seravezza (Carrara) (Blanco altísimo) con su pedestalito de mármol cuyos colores armonizan con el de la estatuita. Es, no difícil, sino delicado para mí tratándose de vd, fijar una cantidad. Sin embargo le diré que los precios corrientes que he hecho pagar por los bustos, han sido de 15.000 a 30.000 pesetas, de estos últimos el número ha sido mucho menor. ¿La parece a vd bien que por ser entera la figura y por lo tanto el trabajo mucho mayor incluyendo el pedestal, 30.000 pesetas?” como vemos en VILLAGONZALO,C.327,D.242. Finalmente, el precio de la misma quedó estipulado en 20.000 pesetas, como aparece reflejado en el cuadrante de gastos.
La labor del artista debió ser inmediata, pues en las siguientes epístolas tenemos al artista citando al conde y su familia para el posado del niño, en concreto, una carta fechada en 20 de junio de 1915, donde dice lo siguiente: “mañana cuando vds dispongan, por la mañana o por la tarde pueden venir con el hermosísimo nietecito, todo lo tengo dispuesto para trabajar y procuraré molestar lo menos posible a tan precioso modelito. Pueden traer cuantos juguetes quieran para distraerle.” Esta carta (VILLAGONZALO,C.327,D.244) prueba de que tenía un encargo difícil, al ser el retratado un niño de tan solo dos años.
El trabajo se demoró durante los meses siguientes, debido a que las siguientes cartas están fechadas en el mes de noviembre, en concreto en VILLAGONZALO,C.327,D.245, Mariano Benlliure le escribe al conde “hace días que trabajo en el mármol de su hermoso nietecito, y creo terminarlo dentro de 15 días, me lo habían preparado muy bien. Si desea vd verlo antes de terminarlo tendré en ello mucho gusto, así veremos el pedestal que le conviene y si le parece se pueda ya encargar.” Mientras tanto, el artista nos da a conocer otras obras en las que estaba trabajando en ese momento, como fue el Mausoleo de José Canalejas, en el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid, pues en fecha de 9 de noviembre de 1915, escribe al conde de Villagonzalo diciendo lo siguiente “¿Quiere vd ver el mausoleo de Canalejas terminado? Mucho gusto tendré en verle por el Panteón de Atocha. Mañana o pasado jueves de 11 a 1 y de 3 a 5 me encuentro allí trabajando. El viernes es la inauguración oficial.” (VILLAGONZALO,C.327,D.246).
Por último, parece que el artista terminó la escultura el 28 de noviembre de 1915, a falta del pedestal, que hubo de ser encargado posteriormente, como nos narra en VILLAGONZALO,C.327,D.247: “deseaba oír su autorizada opinión respecto al pedestalito de la estatuita de su hermoso nietecito, ayer dediqué todo el día al boceto, si puede venir hoy me alegraré mucho, de tres a 5 me encontrará trabajando y mañana todo el día.” , aunque por motivos desconocidos no terminó en su conjunto la obra hasta mediados de febrero de 1916, como escribe en VILLAGONZALO,C.327,D.248: “espero terminarlo en esta semana. Pensaba sorprenderle mostrándole la estatuita y terminada pero con el temor de que piense vd que le olvido adelanto la noticia. El pedestal también está terminado y me lo traerán muy en breve.”
Mariano Benlliure. Fernando y María Luisa Roca de Togores. 1920. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.
Finalmente, y por la documentación que conservamos, la escultura debió terminarse hacia el 29 de febrero de 1916, según la factura del importe del pedestal, y el mismo 1 de marzo de 1916 el conde ingresó 20 000 pesetas a Mariano Benlliure, en pago por el trabajo realizado. La carta con fecha más tardía es del 3 de marzo de 1916 (VILLAGONZALO,C.327,D.249) donde el escultor le dice al conde “Ayer recibí su cariñosa carta con el resguardo del Banco de España por valor de veinte mil pesetas que ha tenido vd la bondad de abonar en mi cuenta corriente. Mil gracias Conde, y créame que mi mayor satisfacción es que la obra haya llenado sus deseos, esto, precisamente le digo que me enorgullece. Ya está hecha la inscripción, continuamente vienen a ver a su nietecito y todos admiran su belleza, la de Fernandito, a la que yo he procurado aproximarme en el mármol.”
A modo de anécdota, es de destacar que en algunas de las cartas viene grabado el nombre del artista, más la dirección de Madrid donde tenía su estudio, Calle Abascal 55 y Calle Zurbano 60; pero en otras tenemos el membrete de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades.
Por lo que se sabe del niño retratado, Fernando Roca de Togores Maldonado, tuvo una hermanita llamada María Luisa, pero ambos niños murieron con pocos días de diferencia, en el mes de enero de 1920. Sus padres, los marqueses de Torneros, encargaron poco después una escultura en bronce a Mariano Benlliure, una representación figurativa, a modo de retrato funerario, conservada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
La prueba de este encargo la tenemos de nuevo en el Archivo Histórico de la Nobleza donde, siguiendo con los trabajos de signaturación y descripción, se encuentra el justificante de pago a Mariano Benlliure. Primero en el cuadrante de gastos del mes de julio de 1921 (VILLAGONZALO,C.331,D.500), donde el día 22 de ese mes el conde de Villagonzalo entregó a su yerno, el marqués de Torneros y padre de los niños, la suma de 10 000 pesetas para que éste pagara al artista por el grupo escultórico de los niños. Y, segundo, el recibo, escrito y firmado por Mariano Benlliure en Madrid el 8 de agosto de 1921, donde dice lo siguiente “He recibido del Excmo. Sr. Marqués de Torneros la cantidad de diez mil pesetas importe del grupito en bronce de sus hijitos” (VILLAGONZALO,C.331,D.538).