EDICIONES CUBANAS EN EL EXTERIOR DESPUÉS DE 1959
Como ya comentamos anteriormente, la emigración y el exilio cubano se desarrollaron en dos periodos marcados por hechos históricos concretos: las guerras de independencia de España y el cambio de régimen del periodo revolucionario, que coincide con el aumento en la afluencia de inmigración hispana en Estados Unidos.
En el caso cubano, Nueva York y el sur de la Florida siguen siendo lugares de asentamiento preferente, aunque no único. Su concentración ha estimulado la industria del libro, contribuyendo a la fundación de editoriales, imprentas y estudios de artes gráficas (O. Rodríguez Sardiñas).
Estos son algunos ejemplos de las editoriales que hemos localizado en la Colección Vega del Pozo, mencionadas en el anterior estudio, fundadas o dirigidas por cubanos, tanto en Estados Unidos como en España, que sirven tanto a autores como a lectores hispanohablantes.
EN ESTADOS UNIDOS
De la Editorial Agencia de Informaciones Periodísticas-AIP (1964-1988) establecida en Miami, hemos seleccionado Martí frente al comunismo, de Rafael Esténger, publicada en 1966. Por otro lado, constituye el número 27 de la colección Ediciones el Directorio Magisterial Cubano (Exilio), dirigida en Miami por el profesor Rolando Espinosa.
Otro ejemplo es la prestigiosa Universal. Fundada por Juan Manuel Salvat en 1965, dedicada en sus inicios a la venta y distribución de libros, pasó a ser editorial solo tres años después centrada en temas y autores cubanos. A Salvat se le considera el decano de los editores cubanos en el exilio, y su labor no se limitó a facilitar la edición de obras de cubanos desterrados, estuvo abierta a todos. Además, proporcionó una plataforma física en su Librería como punto de encuentro con tertulias y presentaciones de libros (Rodríguez Sardiñas).
Durante sus 48 años de existencia, ha estado en funcionamiento en la calle 8 de Miami, reuniendo en su catálogo miles de obras en español. Buena muestra de ello son estas dos obras de temática tan dispar:
Genealogía, heráldica e historia de nuestras familias de Fernando de Castro y Cárdenas, cuyo propósito es que quede memoria de los orígenes y actuaciones de algunas de las familias fundadoras en la Isla, ahora en el exilio.
A Reinaldo Arenas, exiliado y ya enfermo en Nueva York, vetado en algunos países, lo editó Salvat. De él presentamos Viaje a La Habana (1990), que en palabras de Carmen Valcárcel supone un “Desafío explícito al régimen castrista en el marco literario de un regreso nostálgico a La Habana”
Otro caso es el de la Editorial Cubana. Empezó a funcionar en 1987 en Miami gracias al empuje de varios fundadores entre los que se encuentra el abogado, historiador y mecenas de las artes Luis Botifoll. Sus publicaciones se centran en materias como la historia, la política, la filosofía y la economía, pero, como su nombre indica, especialmente relacionadas con Cuba. Una de sus primeras publicaciones fue Presidentes de Cuba, (1868-1933), que recoge un ciclo de conferencias patrocinado por el Patronato Ramón Guiteras.
También existían pequeñas imprentas y editoriales de escasa producción y limitada distribución, pero muy personales. Tenemos el caso de Ediciones C. R. Según hemos consultado en el estudio pormenorizado de Lydia Cabrera realizado por Isabel Castellanos en Páginas sueltas, 1994 (p. 51 y 57), a finales de los cincuenta, Lydia Cabrera y su amiga María Teresa de Rojas, establecieron esta firma editorial en La Habana donde publicaron libros de ambas y algún otro clásico. En 1960 se exiliaron a Miami, pensando que sería algo temporal, pero pronto comprendieron que no sería así.
De 1957 conservamos un ejemplar de Anagó: vocabulario lucumi, (el yoruba que se habla en Cuba) dedicado por la propia Lydia a Fernando Fernández-Cavada al que unía una gran amistad. Saber más.
Está publicado dentro de la Colección del Chi[c]herekú. En la entrada de su vocabulario referente a Chicherekú, Lydia escribe “personaje diminuto que el Agugú prepara con el cadáver de un recién nacido; o muñeco de madera a quien dota de alma, y que le sirve para hacer daño o defenderse”.
Tras su exilio, la colección pasó a llamarse Colección del Chicherekú en el exilio.
EN ESPAÑA
Fuera de Estados Unidos, es España (fundamentalmente en Madrid y Barcelona) donde editoriales cubanas o dirigidas por cubanos han encontrado acomodo en sus catálogos para la obra de compatriotas exiliados en Nueva York, Miami y otras ciudades norteamericanas (Rodríguez Sardiñas).
La Editorial Verbum nació en Madrid en 1990 por la asociación del profesor habanero y poeta Pío E. Serrano y Aurora Calviño, en homenaje a la revista Verbum dirigida en La Habana por José Lezama Lima en 1937. En la actualidad está dirigida por el hispanocubano Luis Rafael Hernández.
La editorial, con una amplia lista de títulos, se ha consolidado como una de las más prestigiosas en materia de lengua, lingüística y literatura. Sin duda, los libros sobre Cuba o de autores cubanos ocupan un lugar exclusivo en sus colecciones. Presentamos una de sus primeras publicaciones, de Fernando Bernal, dentro de la colección Verbum ensayo, titulada Salvador Cisneros de Betancourt, marqués de Santa Lucía y presidente de la República de Cuba.
Finalizamos con la Editorial Playor, fundada en Madrid en 1972 por Carlos Alberto Montaner, escritor, periodista y político exiliado en España dos años antes. Cuenta con un extenso fondo con colecciones dedicadas a poesía, ensayo, narrativa hispanoamericana y española, así como a la enseñanza de nuestra lengua común, pero ocupan un lugar importante los estudios sobre la situación político-social contemporánea cubana. En la actualidad, la editorial está inactiva según la base de datos de editoriales del MCD.
Del propio Carlos Alberto Montaner es la obra que seleccionamos para representar esta editorial. Cuba: claves para una conciencia en crisis (1983) pertenece a la colección Biblioteca Cubana Contemporánea, y en la portada leemos una dedicatoria manuscrita del autor a Fernando Fernández-Cavada.
Si otros grandes autores como el poeta José María de Pereda, Alejo Carpentier, o el conocido Diccionario de Jacobo de la Pezuela en cuatro volúmenes no aparecen en esta relación de obras es porque no han sido impresos en Cuba o por impresores-editores cubanos en el exterior, pero sí están representados en esta valiosa Colección de Vega del Pozo. Próximamente serán incluidos en el CCBAE.