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Homenaje a Francisco Boix (1920-1951)

El joven Boix subió al estrado y juró hablar sin odio ni miedo, decir la verdad, toda la verdad, sólo la verdad. Declaró al Tribunal que se llamaba Francois Boix y que era refugiado español. Su declaración sobre su deportación al campo de concentración Mauthausen, como la de otros testigos supervivientes al horror, como las fotografías que aportaba sobre la vida en aquel infierno iban a ser la prueba irrefutable contra los jerarcas nazis que estaban siendo juzgados por crímenes de guerra por el Tribunal Penal Militar Internacional de los vencedores en Núremberg.

El 29 de enero de 1946 las fotografías de Boix se fueron proyectando sobre la pantalla mientras el fiscal francés Dubost interrogaba al joven fotógrafo de prensa. Gracias a su oficio, los verdugos nazis le eligieron para que gestionase el laboratorio que debía remitir las copias de las fotografías a Berlín, esto junto a la escasa vigilancia del también joven miembro de las SS, Hermann Schinlauer, permitió al español distraer copias que los resistentes del campo protegieron celosamente.

1. Compromiso político

Francesc había nacido en agosto en 1920 en Barcelona y aprendió el gusto por la fotografía de su padre, Bartomeu Boix, dueño de una sastrería en el barrio de Poble-Sec. Pero no sólo. Bartomeu estaba ligado al ideario libertario, no en vano, la hermana de Francesc, Nuria, recordaba que Ángel Pestaña, cenetista y fundador del Partido sindicalista, frecuentaba la Sastrería Boix.

El 19 de julio de 1936, Barcelona. Las tropas comandadas por el general Goded se movilizan para tomar los centros de poder, destituir a los poderes democráticos y declarar el estado de guerra. A lo largo del día, las fuerzas de orden público, Guardia de Asalto, Guardia Civil y Mossos d’ Esquadra, y las milicias de las organizaciones de izquierdas, especialmente las cenetistas combaten duramente. El joven Boix, con todavía 15 años, es testigo de las barricadas, levantadas en su popular barrio de tradición anarquista, para impedir el tránsito de los golpistas hasta el centro de la ciudad. Tras duros enfrentamientos la rebelión es sofocada de madrugada. El golpe de Estado ha fracasado en Barcelona, como en Madrid y en otras muchas ciudades.

Boix tenía 16 años y como muchos otros jóvenes decidía comprometerse políticamente con las Joventuts Socialistes Unificades de Catalunya (JSUC), en concreto al Radio X, y ser asiduo visitante del céntrico Hotel Colón, donde los comunistas catalanes instalan su cuartel general, y poner su talento fotográfico al servicio de la causa.

2. Paso al fotógrafo. Paso a la juventud

Verano de 1937. Boix, el dinámico militante por excelencia, este fotógrafo de afición que siempre está allí donde la juventud se manifiesta, no podía dejar de acompañarnos en esta visita a nuestros estajanovistas. Con estas palabras, Gregorio López Raimundo, iniciaba su reportaje sobre la labor de los jóvenes en una fábrica de armas de guerra.

Éste sería el primero de los reportajes que Boix fotografiaría en el semanario Juliol, la revista de las JSUC. Ilustraría las crónicas firmadas por Gregorio López Raimundo y por Teresa Pàmies, compañera de éste.

3. Combate

Boix deja la retaguardia y acude al frente. Se integra dentro del Comisariado de Guerra de la 30 división del Ejército del Este, dirigido por el comunista Juame Girabau, y empieza a fotografiar las noticias de Combate, la revista quincenal de la división, con la que tropas y oficiales de la agrupación fortalecen su fe en la victoria. Es el soldado anónimo que no firma sus fotografías, pero son suyas.

4. Francia, Mauthausen y la Liberación

Boix pasa la frontera francesa con los restos de su unidad en febrero de 1939 y es internado en los campos de refugiados de Vernet (Ariège) y Septfonds (Tarn et Garonne). Pasan los meses, pero ante el inminente estallido de la guerra entre Francia y Alemania, a los jóvenes españoles que abarrotan los campos se les ofrece enrolarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros para fortificar las líneas defensivas, la Legión Extranjera y los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros. Boix se encuadró en la 28 Compañía de Trabajadores Extranjeros que fortificó la comarca de los Vosgos. En mayo de 1940, Boix es capturado por los alemanes y se convierte en prisionero de guerra del ejército alemán. Tras pasar por varios campos, llega a Mauthausen el 27 de enero de 1941. Se le tatuaría el número 5185 y sería reclutado para el laboratorio fotográfico del campo.

Tras la liberación del campo el 5 de mayo de 1945, Boix se asentó en París en verano de 1945 y las fotografías del horror empezaron a ser publicadas en Ce Soir y Regards. Fue a raíz de estas publicaciones por las que Francia se interesó en aportar el testimonio de Boix en el juicio de Núremberg.

Boix volvió a ser fotógrafo de prensa para las publicaciones ligadas al Partido Comunista francés, como los citados con anterioridad. Lo que la guerra había truncado, ahora la paz se lo proporcionaba cubriendo congresos mundiales en el extranjero, el Tour de Francia, entre otros. Murió con 30 años, el 7 de julio de 1951, en el hospital Rothschild de París y fue enterrado en el cementerio de Thiais.

El 16 de junio de 2017 sus restos se trasladaron al cementerio de Père-Lachaise para que reposen junto con el de otros camaradas en el monumento dedicado a los Españoles muertos por la Libertad.

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