Relación verdadera, hecha por el obispo de Salamanca Fray Francisco de Salazar, del remedio que "se tuvo contra la peste petecha", que hubo en Trento al tiempo del Concilio. El remedio era la oración en latín que figura en el texto impreso, y que trajo un arzobispo griego, sacándolo de un pergamino de un monasterio de monjes benitos, residentes en Antioquía, donde lo había dejado Zacarías, Obispo de Jerusalén.
El Concilio de Trento, inaugurado en diciembre de 1545 fue famoso por la intervención de grandes teólogos españoles y por los enfrentamientos entre el Emperador y el Papa. Cuando surgió la peste en 1546, Paulo III trasladó el Concilio a Bolonia; pero el emperador Carlos V retuvo en Trento a los obispos españoles y alemanes. Ello supuso la interrupción del Concilio. Esta oración contra la peste muestra la unión de todas las iglesias mediterráneas ante la terrible epidemia: Jerusalén, Antioquía, Grecia, Santa Sede, España.