El carácter dinástico es el fundamento del Imperio carolino, resultado de una magna herencia. Por línea paterna accede a los territorios borgoñones (Países Bajos y Franco Condado), por la materna a los dominios de la Corona de Aragón en España e Italia, que su abuelo rigió hasta su muerte, y a los de la Corona de Castilla y Nuevo Mundo por incapacidad de su madre, la reina Juana. La elección Imperial en 1519 le consagrará como emperador del Sacro Imperio Romano.