Septiembre es, para el Archivo General de Indias, un mes de conmemoración de su propia historia. En torno a los años 70 del s. XVIII José de Gálvez, cuando aún era Visitador General de Nueva España, comienza a plantear la posibilidad de que los papeles de Indias que se encontraban en el Archivo General de Simancas se remitiesen al edificio de la Casa Lonja de Sevilla. Antes, había propuesto una ampliación de ese Archivo, pero la dificultad y el alto coste de la obra, le llevó a la idea de rehabilitar el edificio sevillano y reunir en él los documentos que testimoniaban la presencia española en América y el Pacífico.
A partir de esa idea y hasta 1785, Gálvez, ya como Secretario de Estado de Indias, y Juan Bautista Muñoz, Cosmógrafo Mayor, serán los principales promotores de la obra de la Lonja, pero también de los trabajos de inventariado y preparación de la documentación para su traslado a Sevilla.
En septiembre de 1785 comienzan a llegar las carretas, procedentes de Simancas las primeras, con la documentación del Consejo de Indias encajonada y lista para ser depositada en lo que iba a ser su Archivo definitivo: El Archivo General de Indias.