Número de inventario: 65813. Jerez de la Frontera (Cádiz).
Papel. 23 x 15 cm.
Según la tradición, la imagen de la Virgen de la Consolación, venerada en Jerez de la Frontera, se apareció en el mar en una barca abandonada durante una gran tempestad, siendo recogida por el capitán Domingo Adorno quien le improvisó un altar en su barco. En sueños la propia imagen le pidió que le llevase al convento de los dominicos, fundado por Alfonso X en el siglo XIII, para recibir allí culto como la Patrona de los Afligidos y los Navegantes. Fue en el desembarco de la imagen cuando cobra protagonismo la pareja de bueyes, ya que fueron ellos quienes llevaron la imagen a la ciudad en una carreta.
Las parejas de bueyes jugarán un importante papel en procesiones y paseos de imágenes o en el traslado de los cuerpos inertes de algunos santos, como es el caso de Santiago el Mayor. Cuando el cuerpo del santo llegó a las costas de Galicia, fueron sus discípulos quienes pidieron a la reina Lupa un medio de trasporte para poder trasladarlo y enterrarlo. Ésta les entregará unos toros salvajes, en lugar de bueyes, pero al uncirlos a la carreta se volverán mansos, llevando el cuerpo del santo a su palacio, quien tras su conversión lo cederá como templo.
Los bueyes serán atributo iconográfico de diversos santos, como San Isidro Labrador, la beata Benigna o San Lamberto.
CNZ