Número de inventario: 84002. Madrid.
Cuero, piel de serpiente, metal. 14,2 x 23,2 x 7,8 cm.
Este par de zapatos-sandalias inspiradas en los años cuarenta están realizadas en piel de serpiente natural de pitón para la primavera-verano de 1984. Es a partir de los años veinte cuando la piel de reptiles se destina para el diseño de calzado y bolsos, además de la de otras especies como el petit gris, la marta cibelina, la nutria y el armiño para prendas de abrigo. Desde entonces su éxito ha ido en aumento, asociado su empleo al comercio del lujo tan sólo reservado a unos pocos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la figura de Christian Dior domina el panorama internacional de la moda con la inauguración de su casa en 1947. Las faldas largas, hasta el tobillo, imponen el abandono de los toscos zapatos de plataforma de la etapa anterior, sustituidos por los zapatos de salón de fina suela y las sandalias. Esta etapa de sofisticación recupera el empleo de pieles exóticas como la de pitón, especialmente destinada para la elaboración de calzado y cinturones, teniendo presente las características de la piel del reptil. Ésta es de aspecto fibroso y compacto, resultando una piel delgada, muy dura y menos flexible que la de los mamíferos.
Lejos de abandonarse su uso y destino para objetos de lujo, éste ha ido en aumento, como se puede ver en las colecciones más recientes. Tal es así que se puede leer en algunos titulares que “el comercio de animales y plantas protegidos es el tercer negocio ilegal más rentable en el mundo, después del narcotráfico y la venta de armas” (http:// revista.consumer.es/) Según esta misma fuente cada año se venden y se compran ilegalmente unas diez millones de unidades de piel de reptil. Al ser una demanda creciente, su tráfico se ha tipificado como delito recogido en el Convenio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, CITES.
Pieza donada por Sara Navarro Sánchez.
MPS