Número de inventario: 47529. Bruselas.
Piel de visón, seda. 61 x 19 cm.
La importancia de la peletería en los años 20 se manifiesta en una gran variedad de cuellos y puños aplicados para embellecer todo tipo de prendas, y en la confección de prendas de abrigo como son los manguitos, estolas, boas, abrigos y capas empleando preferentemente pieles de visón, zorro, nutria y chinchilla y astracán, además de conejo y topo como alternativas más baratas. Las pieles se implantaron en el vestir femenino ya desde el Modernismo y contribuían a favorecer el movimiento de las líneas curvas. En los años 20 se pretenden líneas rectas y geométricas siguiendo las directrices artísticas del Art Decó que se mantendrán en la década de los 30. Las pieles serán elementos de lujo, de distinción, prestigio, y constituirán, junto a las medias de seda y las joyas, los objetos de deseo femenino en el vestir de los años 20.
En esta estola, de 1925, de forma rectangular y realizada con lomos de visón color marrón claro, armada con entretelas y forrada de crep de seda color tabaco, vemos en los laterales internos dos pequeñas cadenas de cierre, con dos eslabones de plástico, ovales y calados, que alternan con otros forrados de ganchillo, y un remate colgante de dos esferillas de ganchillo.
La marca indica: L. Ravenstein. Forrures/ Rue de Gravelines 29-31/ Bruxelles N.E.
La pieza es donación de la familia Chávarri González-Pintado, y perteneció a M.ª de las Mercedes González-Pintado García (1901-1980), quien la compró en Bruselas.
CHR