“Fuerza, equilibrio, valor y cordura” son los pilares que sostienen a los castellers, los artífices de los imponentes castells o torres humanas, expresiones culturales en forma festiva que pueden contemplarse, sobre todo, con motivo de fiestas mayores en las plazas principales de ciudades y pueblos de Cataluña. Los datos más antiguos sobre los castells datan del siglo XVIII en la ciudad de Tarragona, pero esta tradición cultural ha perdurado hasta nuestros días y se ha extendido por el levante peninsular, como la Comunidad Valenciana o las Islas Baleares. Actualmente, se vive su época dorada por la creación de colles o agrupaciones de castellers más jóvenes y multiculturales, que podemos diferenciar por el color de las camisas y las fajas. Son alrededor de 100 las colles existentes que, agrupando a más de 12.000 castellers, levantan unos 16.000 castillos al año, siempre al ritmo de la gralla y su toc de castell como melodía que guía a los castellers. Los castells son fruto de un estudio detallado de las estructuras, sus componentes y las funciones y ubicaciones de cada uno de ellos La pinya es la base de todos los castells y donde cualquiera que lo desee puede participar. Le siguen el tronc como cuerpo medio y el pom de dalt como pisos superiores. Estos diferentes niveles están formados por personas de diferente físico, género, orígenes e incluso edades, siendo los niños y niñas los que coronan los castells. De esta manera, las colles y los castells son un reflejo de la sociedad, pues incluye a personas diversas, así como una escuela de valores de diversidad, trabajo en equipo, solidaridad, pertenencia y búsqueda del bien común.