Andalucía, Región de Murcia y Extremadura
El flamenco es una expresión artística resultante de la fusión de la música vocal, el arte de la danza y el acompañamiento musical, denominados respectivamente cante, baile y toque. Se encuadra en el triángulo geográfico que forman las minas de la Unión de Murcia, las dehesas y hogares de Extremadura o los campos, marismas y ciudades de toda Andalucía, considerada la cuna de este arte. Aunque se han publicado numerosos estudios y teorías sobre su origen, éste sigue siendo incierto. Lo que sí conocemos es que responde al mestizaje presente en el sur de la península ibérica a lo largo de los siglos, donde la música arábigo-andaluza convivía con el sistema musical judío y las canciones populares mozárabes, y a lo que se unen las propias del pueblo gitano. Su popularidad crecería desde el siglo XVIII hasta llegar a ser una de las manifestaciones culturales españolas más conocida por todo el mundo. La unión del cante como expresión vocal de gran personalidad, del baile como técnica compleja de expresión corporal con el uso de manos, pies y rostro y del toque como armonía melódica en forma de guitarras, castañuelas o cajas, hacen del flamenco una manifestación cultural única y múltiple, mostrado por los más de 50 palos o estilos que se le asocian. El flamenco es sentimiento, identidad e industria. Se expresa tanto de modo privado como público, asociado a ceremonias, espectáculos o simple pasatiempo. Su comunidad, cada vez más numerosa, ha perpetuado su transmisión gracias a las peñas flamencas e incluso vínculos familiares y dinastías de artistas, que han transmitido la potencia creadora y la raíz folclórica del flamenco como base de sus vidas, dedicada al arte y a las costumbres que se derivan de él.