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Goya y Esteve en el Archivo Histórico de la Nobleza: dos genios al servicio de los duques de Osuna

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Una de las actividades que marcaron la agenda cultural española de 2017 fue la exposición “El desafío del blanco” del Museo Nacional del Prado, dedicada a la trayectoria de Francisco de Goya (1746-1828) y Agustín Esteve (1753-1830) como retratistas de la Casa de Osuna. Esta muestra, reunió varias obras de los dos maestros del siglo XIX, auténticos representantes de los primeros pasos de la pintura contemporánea en España. Se trata de pinturas procedentes del propio Museo del Prado y de distintas colecciones particulares, piezas entre las cuales se incluyó el retrato de María Manuela Isidra Téllez-Girón (1794-1838), duquesa de Abrantes, y los que Francisco de Goya pintó del núcleo familiar de los duques de Osuna.

Una parte de la actividad de Francisco de Goya y Agustín Esteve como pintores de cámara de los reyes Carlos IV (1788-1808) y Fernando VII (1808-1833), y como retratistas de primer orden en la España de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, está testimoniada en los fondos del archivo de los duques de Osuna y su sección de Cartas, custodiado en el Archivo Histórico de la Nobleza de Toledo. En conjunto, se trata de un abundante volumen de correspondencia mantenida por los representantes de la Casa con diferentes monarcas, políticos, gobernadores, parientes, acreedores, administradores e intelectuales de la época moderna y contemporánea.

El genio aragonés y la decoración de La Alameda

La antigua agrupación "Cartas de Osuna" del archivo de los duques de Osuna conserva correspondencia cruzada entre Francisco de Goya y María Josefa Alfonso Pimentel (1752-1834), XII condesa-duquesa de Benavente, dama de la Real Orden de Damas Nobles de la Reina María Luisa, y destacada mecenas y protectora de artistas y científicos, como puede verse en los documentos OSUNA,CT.515,D.31-33. En el archivo pueden consultarse, además, libramientos de pago y recibos con los autógrafos de Goya y Esteve por diversos cuadros de pintura religiosa y retratos de la familia realizados entre 1787 y 1799 para la casa de campo de La Alameda, antigua villa casi despoblada y situada cerca de la corte madrileña, donde los duques de Osuna habían construido una casa de recreo para el descanso estival.

Los trabajos de Francisco de Goya como pintor de la Casa de Osuna habían comenzado a mediados de la década de los años ochenta del siglo XVIII. En esta época temprana destaca el magnífico retrato de la mencionada condesa-duquesa de Benavente María Josefa Alfonso Pimentel vestida a la moda francesa, realizado alrededor de 1785.

Algunos años después, Goya recibió nuevos encargos de los duques de Osuna, entre ellos diversas composiciones familiares y de grupo (OSUNA,CT.515,D.35), por los que recibió 22.000 reales de vellón, en las que fue retratado el matrimonio formado por Pedro de Alcántara Téllez-Girón Pacheco (1756-1807), IX duque de Osuna, XIII conde de Ureña y X marqués de Peñafiel, y su esposa María Josefa entre 1787 y 1788, pintura conservada en el Museo del Prado de Madrid. En el retrato colectivo también figuran sus cuatro hijos nacidos hasta 1788, que fueron Francisco de Borja (1785-1820), heredero del título de su padre, Pedro de Alcántara (1786-1851), II príncipe de Anglona, Josefa Manuela (1783-1817), marquesa consorte de Camarasa, y Joaquina María Téllez-Girón (1784-1851), condesa de Osilo, todos a excepción de la benjamina Manuela Isidra, futura duquesa de Abrantes, nacida en 1794.

De igual modo, el archivo de los duques de Osuna también conserva los libramientos de pago de otras pinturas destinadas a la casa de La Alameda. El espléndido palacio, que contó con numerosas estancias, estaba rodeado por algunos jardines conocidos en la actualidad como el Parque del Capricho. Entre los cuadros realizados por Goya para el adorno de las cámaras palaciegas destacan algunos integrados en una serie sobre “asuntos de brujas” y temática fantástica y supersticiosa, como el llamado “Vuelo de brujas”, que el pintor vendió al duque en junio de 1798, junto con cinco más, por 6.000 reales de vellón (OSUNA,CT.515,D.37).

En 1798, Goya asumió el encargo del retrato de cuerpo entero del capitán general José de Urrutia y de las Casas (1739-1803) por comisión del duque de Osuna (OSUNA,CT.515,D.36). Se trataba de un militar de primer orden que ejerció su actividad en América como ingeniero militar, elaborando mapas del norte de México y del centro y oeste de Estados Unidos, y siendo, a la postre, uno de los fundadores del Cuerpo de Ingenieros Militares de España. Otro de los retratos encargados a Goya en 1798, en esta ocasión de medio cuerpo, fue el del propio duque Pedro de Alcántara Téllez-Girón, una de las pinturas más interesantes del maestro aragonés de entre las adquiridas y conservadas en la Frick Collection de Nueva York.

Capítulo aparte merece la delirante y satírica serie de los Caprichos, de los cuales los duques de Osuna compraron a Goya cuatro libros grabados al aguafuerte y varias estampas en enero de 1799 por 1.500 reales de vellón (OSUNA,CT.515,D.38-39). En el mes de abril de ese mismo año, el pintor entregó a sus mecenas varias pinturas que tomaron como motivo la pradera y la ermita de San Isidro, las cuatro estaciones del año y algunos paisajes campestres destinados al gabinete de la condesa-duquesa de Benavente (OSUNA,CT.515,D.40-42).

Tras el fallecimiento del IX duque, acaecido en 1807, Francisco de Goya continuó trabajando para su mujer y sus hijos hasta 1817. Su hijo y sucesor, Francisco de Borja Téllez y Girón, X duque de Osuna, encargó a Goya su propio retrato de cuerpo entero en 1816, por el que el pintor recibió al año siguiente 10.000 reales de vellón en unos momentos en los que la hacienda ducal ya acusaba un grave deterioro económico (OSUNA,CT.515,D.43-47). El retrato, que estuvo en manos de la familia hasta finales del siglo XIX, fue vendido para intentar solventar la quiebra de la casa ducal, y adquirido por León Bonnat (1833-1922) para su colección privada. En la actualidad, el cuadro se conserva en el Musée Bonnat de Bayona (Francia).

El Museo del Prado conserva otras obras pintadas por Goya para los Osuna y enmarcados en la retratística nobiliaria contemporánea, como los retratos de José Moñino Redondo (1728-1808), conde de Floridablanca (1783), María Antonia Gonzaga de Caracciolo (1735-1801), marquesa viuda de Villafranca del Bierzo (1795), José Álvarez de Toledo Gonzaga (1756-1796), duque consorte de Alba (1795), María Teresa de Borbón Vallabriga (1780-1828), condesa de Chinchón (1800), la ya mencionada Joaquina Téllez-Girón Pimentel, marquesa consorte de Santa Cruz (1805) y la propia María Manuela Isidra Téllez-Girón de edad adulta y como duquesa de Abrantes (1816).

Esteve, dibujante y retratista nobiliario

Agustín Esteve fue estrecho colaborador de Goya. Su trayectoria despuntó definitivamente cuando, en 1797, realizó por encargo de María Josefa Alfonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, el famoso retrato de su hija pequeña y predilecta, María Manuela Isidra Téllez-Girón con apenas dos años y medio de edad, por el que facturó al año siguiente 1.200 reales de vellón (OSUNA,CT.515,D.76-77). Se trata de uno de los retratos infantiles más famosos del arte español del siglo XVIII, con una clara inspiración velazqueña y murillesca en sus trazos. Encargos de los IX duques de Osuna fueron también otro retrato de María Ana Teresa de Silva (-1805), duquesa consorte de Frías e hija de los IX marqueses de Santa Cruz, valorado en 1.500 reales (OSUNA,CT.515,D.78), otra pintura del propio marqués, José Joaquín de Silva Bazán Sarmiento (1734-1802), en 1803, una vez hubo fallecido (OSUNA,CT.515,D.91) y otro retrato de María Josefa Gayoso de los Cobos Téllez-Girón (1803-), futura condesa consorte de Brunetti e hija de los marqueses de Camarasa (OSUNA,CT.515,D.93) en 1806, conservado con otros trabajos del propio Esteve en la colección de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli.

A finales de 1798, Agustín Esteve acabó los retratos de cuerpo entero de los cuatro hijos mayores de los IX duques de Osuna: Francisco de Borja, Pedro, Josefa y Joaquina, algunos de ellos pertenecientes hoy en día a la Colección Masaveu, por cuyo trabajo cobró en septiembre de 1799 12.000 reales según consta en el correspondiente libramiento (OSUNA,CT.515,D.81). Asimismo, Esteve también fue llamado por el duque para prestar sus servicios como maestro de dibujo e impartir lecciones a sus hijos entre 1800 y 1803 (OSUNA,CT.515,D.105-114).

Esteve realizó en 1802 dos copias de los retratos de Francisco de Borja Alfonso Pimentel (1706-1763), XI conde-duque de Benavente, y María Faustina Téllez-Girón (ca. 1724-1797), padres de la duquesa de Osuna, que se conservaban en el alcázar de Benavente (OSUNA,CT.515,D.83-85). Asimismo, el pintor realizó al año siguiente una pintura de Nuestra Señora de la Contemplación con destino al oratorio de Francisco de Borja Téllez-Girón, X duque de Osuna y XI marqués de Peñafiel, por encargo de la duquesa (OSUNA,CT.515,D.87-90). En 1808 acabó un retrato de cuerpo entero del difunto duque de Osuna, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, fallecido el año anterior (OSUNA,CT.515,D.99), por el que cobró 5.000 reales en los años posteriores debido a la mala situación económica que atravesaba la Casa de Osuna. Entre 1814 y 1815, Esteve asumió otros encargos de pintura religiosa, un retrato de Fernando VII a caballo y cuadros con motivos heráldicos de la Casa de Osuna para las estancias privadas de los duques, así como para capillas y relicarios.

Texto: Eugenio Serrano Rodríguez. (Archivo Histórico de la Nobleza)

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