La fortaleza de Chinchilla, con su imponente foso, fue remodelada por Juan Pacheco, I marqués de Villena, sobre los restos de la fortaleza árabe de Xerif El-Edrisi.
El documento que nos ocupa es un inventario de armas y pertrechos que se encontraban en el mencionado castillo, allá por 1477, en el momento en que fue entregado a Juan Montalvo, regidor de Chinchilla, de manos del alcaide García de Pallarés.
Este tipo de documentos resulta interesante para conocer algunos aspectos de la vida cotidiana en una fortaleza del siglo XV, así, por ejemplo, se menciona el contenido de la despensa (“veinte e siete arrobas de cecina de bueyes e vacas”) las armas (“veinte e tres ballestas de acero) o el mobiliario (dos bancos de tablas para sentarse a la mesa).
Documento en PARES: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/find?nm=&archivo=3&signatura=FRIAS%2CC.127%2CD.41
Esta imponente edificación, sita en Aldea del Rey, fue construida por los caballeros de la Orden de Calatrava tras la batalla de las Navas de Tolosa. Desde entonces, la fortaleza-convento ha servido como sede maestral de la mencionada orden.
En el documento expuesto, datado en el sacro convento en 1443, los caballeros calatravos reunidos en capítulo manifiestan haber elegido como XXVIIº maestre de la orden a Fernando Padilla, decisión que, por cierto, habían tomado en contra de la voluntad de Juan II, que prefería a otro candidato, Alfonso de Aragón, hijo del rey Juan de Navarra.
En muchos otros documentos conservados en el Archivo Histórico de la Nobleza podemos comprobar cómo este lugar fue el preferido durante siglos para realizar la ceremonia de investidura, llamada toma de hábito, mediante la cual numerosos caballeros ingresaron en la mencionada orden.
Documento en PARES: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/3954938?nm
La plaza fuerte de Alarcón fue tomada por las tropas cristianas de Fernán Martínez de Ceballos en 1184, durante el reinado de Alfonso VIII y cedido posteriormente a la orden militar de Santiago. El diploma que nos ocupa es un privilegio por el cual Enrique IV confirmaba otro anterior de Juan II por el que hacía merced de la villa y fortaleza de Alarcón a favor de Juan Pacheco, maestre de la Orden de Santiago, en remuneración por los servicios prestados en la I batalla de Olmedo. Este choque fue decisivo en la resolución de la guerra civil castellana de 1437-1445 en la que el todavía príncipe Enrique (futuro Enrique IV) fue asistido por el mencionado Juan Pacheco, que a la sazón le servía como mayordomo.
Documento en PARES: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/find?nm=&archivo=3&signatura=FR%C3%8DAS%2CCp.252%2Cd.2
Sobre un promontorio de roca desnuda se halla el castillo de Atienza, con su torre del homenaje de sencilla planta cuadrada, cuyo aspecto ha sufrido pocas variaciones desde el reinado de Alfonso VIII. Ya en tiempos de su predecesor, Alfonso VI, era considerado un bastión defensivo al que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, no quiso hacer frente por considerarla una “peña muy fuert”. Mucho tiempo después -así lo refleja el documento- la tenencia de esta fortaleza sería concedida a favor de Juan de Silva, III conde de Cifuentes, por la reina Juana “La Loca” de quien era su consejero.
Documento en PARES http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/find?nm=&archivo=3&signatura=CIFUENTES%2CCP.417%2CD.13
Flanqueado por el arroyo del Torcón, el castillo de Montalbán debió erigirse a partir de una antigua alcazaba musulmana, siendo posteriormente donado por Alfonso VII “el Emperador” a la Orden del Temple. En el siglo XV, varios episodios de trascendencia histórica acontecieron entre sus muros: la fortaleza sirvió de refugio a un jóven Juan II, cuando era perseguido por el infante don Enrique de Aragón. Algo después, el monarca lo donaría a su valido Álvaro de Luna en remuneración por los servicios prestados en aquel episodio. Sin embargo, cuando el privado fue ajusticiado, en 1453, sus bienes quedaron en manos de Juana Pimentel, su viuda, y de Juan de Luna, su hijo, enemistados con Enrique IV que ordenó se les despojara de sus villas y fortalezas. Este hecho motivó que Juana Pimentel se acantonara en el castillo de Montalbán que sería asediado por el rey. Ella resistió y plantó cara a las tropas reales, y precisamente de este hecho histórico es del que da cuenta el documento FRÍAS,C.126,D.25 en el que doña Juana proclama sus protestas y resguardos ante las actuaciones del rey, estando cercada en el castillo de Montalbán.
Documento en PARES: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/find?nm=&archivo=3&signatura=FRIAS%2CC.126%2CD.25