En las islas Filipinas nació una gastronomía compleja, multicultural, fruto del encuentro de sus gentes y del intercambio de técnicas, costumbres y alimentos. Una muestra de la globalización que se estaba produciendo desde el siglo XVI, pero que hundía sus raíces en la herencia recibida de cada una de los pueblos que confluyeron en aquel archipiélago.Salto de línea Los siglos de presencia española fomentaron la interacción de unos y otros, la introducción de especies foráneas, la llegada de influencias culinarias procedentes de Europa, América o Asia. Ya en el siglo XX, las islas Filipinas contribuyeron a la expansión de productos alimenticios, fruto de su cultivo y comercialización por todo el Mundo. Asimismo, recibió nuevas influencias de Asia y América, sin perder por ello sus orígenes.Salto de línea Con estos precedentes es fácil comprender la riqueza y variedad de la gastronomía filipina, como también su actitud frente a nuevas tendencias. Estos valores siguen vivos hoy en día y en ellos se hace evidente que la cultura no es un simple legado, sino una oportunidad para la innovación y la creatividad.