El ministro de Cultura y Deporte inaugura las jornadas ‘El valor de la cultura’

El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, ha inaugurado hoy, en la Fundación Ortega-Marañón, las jornadas ‘El valor de la cultura’.

Organizadas por la Fundación Ortega-Marañón en colaboración con Acción Cultural Española (AC/E) y Planner Media, el objetivo de esta jornada es abordar la coyuntura del sector cultural tras la pandemia. Participarán en total más de 50 protagonistas de la cultura, entre creadores, artistas, gestores culturales y profesionales del sector cultural.

"Durante la crisis sanitaria hemos constatado la valentía de la cultura, que ha estado en los momentos más difíciles y nos ha ayudado a combatir el miedo, y también hemos sido conscientes de que, tras esos artistas y creadores que nos acompañaban con generosidad y altruismo, existían unos seres humanos que estaban trabajando en situaciones económicas muy frágiles, con grandes necesidades”, ha manifestado el ministro de Cultura y Deporte en el acto de inauguración de las Jornadas, en el que también han intervenido el presidente de Acción Cultural Española, José Andrés Torres Mora, y el presidente de la Fundación Ortega-Marañón, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis.

”La cultura es necesaria y forma parte de la condición humana, no nos podemos desprender de ella. Como decían los clásicos, el ser humano es el único capaz de crear belleza, pensamiento, cultura... Yo he apostado, con el apoyo de las distintas administraciones y los sectores culturales, por un Pacto de Estado por la Cultura que debe culminar en el reconocimiento de la cultura como un derecho fundamental”, ha afirmado Rodríguez Uribes.

El encuentro, que se divide en dos jornadas, abordar los grandes cambios estructurales que están teniendo lugar en punto a la digitalización, la sostenibilidad, los modelos de negocio, las nuevas estéticas. Y una serie de propuestas e ideas para dos de los grandes desafíos que hay sobre la mesa. En primer lugar, cómo aprovechar esta crisis para mejorar el aprecio que los diferentes estamentos de la sociedad española (incluidos los políticos) tienen a nuestro patrimonio, a las creaciones de nuestros artistas y a las obras que nos identifican. Y en segundo lugar, cómo aumentar el prestigio que la cultura española tiene en el exterior. Finalmente, propone una cuestión destinada a plantear cómo podemos hacer que el prestigio exterior ayude al aprecio interior y viceversa.