El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, reunido en Bonn (Alemania) del 29 de junio al 8 de julio de 2015, ha incluido en la Lista de Patrimonio Mundial el bien Los Caminos de Santiago del Norte Peninsular, como ampliación del Camino Francés, ya declarado Patrimonio Mundial en 1993.
Los Caminos del Norte Peninsular son cuatro rutas que suman 1.499 km a los 800 km del Camino Francés y que se extienden por las comunidades autónomas del País Vasco, La Rioja, Cantabria, Asturias y Galicia:
La ampliación del reconocimiento como Patrimonio Mundial con que ya cuenta el Camino de Santiago Francés en España, responde a la necesidad de explicar los orígenes del fenómeno jacobeo. Las rutas del Camino de Santiago del Norte de España remiten al origen de una manifestación cultural surgida a comienzos del siglo IX, con el hallazgo de la tumba del apóstol Santiago, y a su promoción por parte del reino de Asturias. A lo largo de más de 1200 años de historia ininterrumpida, el Camino de Santiago se ha mantenido como uno de los principales ejemplos mundiales de itinerario de peregrinación religiosa convertido en un auténtico eje de intercambio cultural.
Estas rutas son las más destacadas de cuantas existieron en el norte de España vinculadas a los momentos iniciales de la historia jacobea. Son también rutas que conectaron el mundo de las peregrinaciones a Compostela con algunos de los más importantes centros religiosos y espirituales de la Edad Media española, caso del monasterio de Liébana, la ciudad de Santo Domingo de la Calzada o la catedral de San Salvador de Oviedo, todos ellos lugares de honda tradición jacobea y de gran implicación en los momentos de origen y primera expansión del fenómeno de las peregrinaciones a Santiago de Compostela. Igualmente, estas rutas garantizaron en un primer momento la vinculación física entre la tumba de Santiago en Compostela y el resto del continente europeo, en un momento en el que la mayor parte de España estaba bajo control musulmán.
El reconocimiento de UNESCO incluye 16 bienes culturales de excepcional calidad y valor, que ejemplifican aspectos relevantes de la historia de las rutas de peregrinación jacobea del Norte de España y de los distintos territorios que atraviesan. Estos bienes, responden a una tipología variada, representando todo el ámbito material vinculado al Camino de Santiago: puentes, calzadas, iglesias, monasterios, catedrales y unas murallas romanas que reflejan la ocupación del territorio antes del surgimiento del fenómeno de las peregrinaciones a Compostela. Son los siguientes:
A lo largo de once siglos, los caminos históricos de Santiago han sido una de las vías de comunicación más influyentes y reconocidas de Europa y continúan siéndolo, en un sentido diferente, en el presente. Cuando en 2004 el Camino de Santiago recibió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, se destacó el hecho de ser “un lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos que a través de los siglos se ha convertido en símbolo de fraternidad y vertebrador de la conciencia europea”.
Este reconocimiento de UNESCO ratifica al Camino de Santiago como un excepcional conjunto en el que se incluyen relevantes bienes de patrimonio histórico, un paisaje natural de gran valor y un patrimonio inmaterial acumulado a lo largo de los siglos, un lugar de encuentro que ha favorecido un continuo diálogo cultural entre las personas que lo recorren y los pueblos que atraviesa.