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Cepo químico

Cepo químico

Número de inventario: 94059. Jaraicejo (Cáceres).

Cartón, plástico, aluminio. Caja: 4,2 x 20 x 5,5; tubo: 19 x 6 cm.

Este sistema de control y eliminación de los animales, aplicable a los caseros y a los que pueden merodear por los graneros, implica la versión moderna de otros métodos que se han aplicado antes de la invención y comercialización industrial de pegamentos sintéticos. En esta versión moderna, el pegamento se aplica sobre un cartón, o una plancha de madera, plástico o metal, y atrapa al animal impidiéndole moverse y conduciéndole a la muerte por inanición. Para ello se puede recurrir a poner un cebo –se recomienda el queso para los ratones– o no.

En el mundo rural preindustrial se ha recurrido a las “ligas” o pegamentos hechos con productos vegetales –algunos de ellos declarados actualmente ilegales– con una finalidad cinegética. Estos productos estaban generalizados en la caza de aves y, en menor medida, de gazapos y pájaros cantores, como ha estudiado M. D. Boza (2003: 39-73), quien hace un repaso a algunas construcciones valencianas y aragonesas que servían para albergar este sistema de caza.

El carácter industrial de este pegamento nos muestra, junto a la polivalencia del producto, la forma de transmisión actual entre mercados muy alejados entre sí –está fabricado en Italia pero fue adquirido en un pueblo extremeño–, y la diferente actitud de venta conforme a la idiosincrasia de los países a los que se dirige. En este sentido resulta muy clarificador que la propia publicidad inserta en él nos ofrezca un listado de animales diferentes según el idioma empleado. Frente a las ratas e insectos que aparecen en el texto español, el portugués menciona a ratones, hormigas, cucarachas e insectos, pudiendo servir, en ambos, para lagartos, hormigas, escarabajos, moscas y mosquitos, como se indica en la descripción de la forma de uso del producto.

Pieza donada por José Luis Mingote Calderón.

JLMC

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