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Silbato

Silbato

Número de inventario: 13836.

Asta, corcho. 6,5 x 1,7 x 1,7 cm.

Los pueblos pastoriles se han caracterizado por el aprovechamiento de los materiales que tenían a su alcance, entre ellos, las astas de bueyes y vacas y, con menor importancia, los cuernos de las cabras. Con ellos, artistas del entorno ganadero han ejercitado sus habilidades creadoras tallando objetos para su uso diario, como instrumentos sonoros y musicales. Los más característicos son los cuernos de ganadero o de caza, gaitas, flautas, dulzainas, silbatos o pitos. Los pastores los utilizaban para comunicarse a distancia, reclamar la ayuda de los perros, atraer presas de caza o emitir los primeros sonidos musicales (C. García Medina, 1987: 33-36).

Este silbato es un instrumento que por su morfología permite menos matices que un silbido normal. Esto induce a pensar que quizás se trate de un objeto elaborado a modo de imitación de otros silbatos utilizados comúnmente en el ámbito deportivo. Es posible que sea un instrumento creado por puro entretenimiento para su uso lúdico, pues no reviste mucha funcionalidad práctica.

Para su elaboración, se requería una laboriosa preparación previa de los cuernos. Se hervían durante largas horas para dilatar la funda de la queratina, o se introducía en agua fría durante algunas semanas. Después, se aserraba y cortaba para darle la forma deseada y, posteriormente, se decoraba. En ocasiones, el cuerno se pulía exteriormente calentándolo y raspándolo con un trozo de cristal o una navaja. Para realizar la decoración tallada se hacía un grabado inciso con una navaja. Se destacaba untándolo con grasa, que penetraba en la incisión y la oscurecía. Otra técnica decorativa era el pirograbado, que se realiza con cuchillo al rojo vivo para después aplicar un hollín que calaba en las incisiones y no se borra. Los motivos ornamentales eran variados e incluían, principalmente, representaciones animales, vegetales o florales (L. Cortés Vázquez, 1992: 57).

ABCR

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