Número de inventario: 4618. Hermandad de Campoo de Suso (Cantabria).
Madera, cáñamo. 76,5 x 10 x 5 cm.
La miel será el único edulcorante conocido hasta la generalización de la caña de azúcar, a lo que hay que añadir sus propiedades medicinales, e incluso su utilización en la Antigüedad como ofrenda para los dioses o como producto para embalsamar. La miel, al igual que las abejas, era un símbolo de resurrección y de inmortalidad. Por otro lado, la cera era menospreciada en la Antigüedad en favor de la miel, pero llegará a convertirse en un producto imprescindible aún en la actualidad. Aquí podemos hablar del simbolismo cristiano de la abeja; se creía que las abejas eran vírgenes y en consecuencia la cera producida por ellas era la sustancia más perfecta para alumbrar a la divinidad. La cera se convirtió en un producto imprescindible en todos los ritos, especialmente en los relacionados con la liturgia, la muerte y la protección de las personas, y será a partir de la Edad Media cuando se empieza a generalizar la cera como combustible para la iluminación.
Cuando se extraen los panales de la colmena comienza el proceso de separación de la miel de la cera. Tradicional-mente se cogían los panales y se apretaban fuertemente entre las manos. Así, la cera se convertía en unas bolas informes que se separaban y la miel se guardaba en los recipientes destinados al efecto. A mediados del siglo XIX comienzan a aparecer las prensas, con la finalidad de facilitar este proceso. Hay que tener en cuenta que la utilización de prensas se reducía a unas pocas casas; no es el sistema habitual que utilizaban la mayor parte de los recolectores.
AGG