Número de inventario: 65696.
Papel. 30,5 x 20,8 cm.
Desde la Edad Media se intenta dar forma iconográfica a la creencia de que María había sido concebida sin pecado original. La imagen se concretó en el siglo XVI y parece ser que fue en España. Una tradición valenciana dice que el Padre Alberro, jesuita, tuvo en sueños una visión de la Inmaculada Concepción y se la describió al pintor Juan de Juanes para que la plasmase con mayor fidelidad (L. Monreal y Tejada, 2000: 157). La imagen es la siguiente: María de pie, vestida con túnica blanca y manto azul, las manos cruzadas sobre el pecho, doce estrellas como aureola, pisando a la serpiente y con la luna a sus pies (haciendo referencia al pasaje del Apocalipsis 12, 1). Según San Bernardo estos versos representan el triunfo de la Virgen sobre el pecado, lo que asumirá la figura de la Inmaculada Concepción, ya que la serpiente será el símbolo del diablo, que tentó a Adán y a Eva induciendo al hombre a pecar. A veces la serpiente podrá aparecer con cabeza humana y dientes o como podemos observar en este caso con cabeza de can y con la manzana entre las fauces. James Hall (2003: 221) nos presenta a la serpiente como símbolo del mal y sinónimo bíblico de Satanás. La palabra latina draco significa al mismo tiempo serpiente y dragón y ambos eran utilizados en la tradición cristiana como la representación del mal, por lo tanto, muy a menudo la imagen de Satanás incorporará algún rasgo del dragón o de la serpiente.
CNZ