Número de inventario: 10208.
Hierro. 31 x 37 cm.
En la labor de herreros y cerrajeros, el hierro forjado se puede considerar como la realización material más genuina de la fantasía de la línea. Cuando hablamos de hierros artísticos a todos nos vienen a la cabeza las fantásticas rejas que cierran las capillas en iglesias y catedrales o las puertas y ventanas las fachadas de los edificios con cierta importancia en la localidad. En un nivel inferior, en ciertas zonas ha sido normal recurrir a trabajos en metal asociados al ámbito del fuego o, como en este caso, al decorativo.
El empleo de las tres clases de barras, la plana, la redonda y la cuadrada se han sucedido a lo largo de la historia en este orden. La primera más fácil de trabajar por su maleabilidad que las otras dos, también se utilizó para realizar elementos decorativos de casas o cocinas, que a la misma vez cumplieran con alguna función doméstica.
El motivo de espiral, la “S” o en definitiva el movimiento curvo, es el que predomina en este colgador de cocina, compuesto por tres ramos de volutas que convergen en un clavo del que sale un gancho, en el que podrían colgarse bolsas o paños y otros elementos que le sobrepasaran en peso, como macetas y tiestos, lo cual no importaría ya que el clavo que iría en la pared es bastante resistente.
Junta a la decoración geométrica, el animal también está presente aunque, como sucede aquí, ocupe un lugar secundario dado su tamaño. La “ley de la simetría” hace que se enfrenten dos pájaros, recordándonos esquemas con una larga tradición en el mundo europeo.
Las figuras de pájaros remiten a un ambiente de naturaleza idílica que encaja con las flores que a menudo acompañan a este tipo de piezas.
VSC