Año de inscripción: 1984Salto de línea Año de ampliación: 1994
La Alhambra es una ciudad palatina islámica que incluye una fortaleza y un rico complejo palaciego donde residía el sultán y la corte del Reino Nazarí de Granada. Junto con los jardines del Generalife fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial en 1984 por representar una realización artística única de la humanidad y constituir un extraordinario ejemplo arquitectónico que ilustra la etapa de presencia islámica en España. En el año 1994 la inscripción se amplió al barrio del Albaicín, ejemplo del urbanismo medieval que ejemplifica la fusión de las antiguas residencias islámicas y moriscas, junto con las tradicionales actuales derivadas de modelos formalizados en el siglo XIX. El interés del conjunto no sólo radica en la excepcional decoración de los interiores, sino en su localización y adaptación, generando un paisaje nuevo totalmente integrado con la naturaleza preexistente. Situados en dos colinas adyacentes, separadas por el río Darro, la Alhambra y el Albaicín forman el núcleo medieval de Granada sobre la ciudad moderna. Al este del recinto amurallado, se encuentra el Generalife, palacio de recreo y almunia perteneciente a la dinastía que gobernó esta parte de España en los siglos XIII, XIV y XV.
El conjunto palatino de la Alhambra es un perfecto ejemplo de los conceptos que caracterizan la arquitectura civil islámica e hispanomusulmana, tanto desde el punto de vista material como simbólico. Está formado por diferentes áreas funcionales: la Alcazaba (su parte más antigua), los Palacios Nazaríes, los jardines del Partal, la Medina (ciudad cortesana dependiente de los palacios), el Palacio de Carlos V (huella renacentista de la conquista cristiana. Alberga el Museo de la Alhambra y el Museo de Bellas Artes) y otros edificios que demuestran el interés simbólico de la Alhambra a partir de 1492.
El conjunto albergaba varios espacios palatinos, de los cuales han permanecido íntegros el Palacio de Comares y el Palacio del Riyad, conocido como Palacio de los Leones. El primero se conforma en torno al Patio de los Arrayanes y su núcleo lo constituye el Salón de Embajadores, mientras que el segundo alberga el patio de crucero donde se encuentra uno de los elementos más emblemáticos de la Alhambra, la fuente de los Leones, que da acceso a salas de gran belleza, como las de Mocárabes o la de las Dos Hermanas.
La Alhambra es en la actualidad la única ciudad palatina conservada del Islam medieval, gracias a su uso continuado en el tiempo. Sus valores representan el mejor ejemplo existente del arte nazarí, tanto en su arquitectura como en sus cualidades decorativas, por lo que constituye un testimonio excepcional de la España musulmana en la Edad Media, aportando datos fundamentales tanto de la civilización, ya desaparecida, como del tipo de construcción característico de un período significativo de la historia humana.
El Generalife, construido entre los siglos XIII y XIV, fue el sitio utilizado por los sultanes nazaríes como lugar de reposo. Era una hacienda ideal para la explotación agrícola y el descanso, con un núcleo de edificación residencial y una vasta extensión de terreno de cultivo y pasto, compartimentada en paratas o bancales mediante cuatro grandes huertas, aprovechando sus perfiles orográficos. Fue concebido como villa rural, donde se integran patios, huertos, edificaciones y jardines ornamentales contemporáneos.
El barrio del Albaicín conserva tanto la fisonomía urbana original como diversas construcciones medievales armoniosamente fusionadas con la arquitectura tradicional mediterránea. Se mantienen restos de la muralla medieval así como de los diferentes accesos como la puerta Elvira o algún palacete almohade. El Albaicín fue corte de la dinastía Zirí en el siglo XI y se considera el último reducto musulmán antes de su expulsión de Granada. Se trata de un ejemplo inestimable de las residencias reales islámicas de la época medieval que testimonia la aglomeración medieval morisca y mantiene sus principales características respecto a la forma, materiales y color de la arquitectura propia de esa civilización.