José Lázaro Galdiano descubrió al pintor Eugenio Lucas Velázquez (Madrid, 1817-1870) en 1905 y de una mano experta, la de su hijo Eugenio Lucas Villamil (Madrid, 1858-1918), unas semanas antes de que el Círculo de Bellas Artes le dedicara una sección en la Exposición bienal organizada en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro. Desde entonces, compró obras de Lucas hasta reunir una importante colección, tanto pintura como dibujo, que hoy forma parte del Museo Lázaro Galdiano, siendo el pintor mejor representado en la Colección. Pero José Lázaro fue más que un coleccionista de obras de Lucas, fue el primero en difundir al pintor madrileño fuera de España. Muchas de las obras que tenía en 1912 las presentó en la Galería Heinemann de Múnich, meses después también en Berlín, y siguió buscando con ahínco pinturas y dibujos de ambos pintores. De esta manera su colección creció hasta reunir un importante número de obras que mostró en las salas de exposiciones que la Gazette des Beaux-Arts tenía en París (1936), muestra que repitió en Nueva York (Galería Wildenstein, 1942). Con la difusión de las obras que logró reunir, Lázaro despertó la curiosidad de los historiadores extranjeros por la figura de este pintor madrileño y, de paso, por el entorno goyesco.