El archivo fue donado por Almudena Fdez-Baldor Telo, hija, heredera y depositaria del legado de María Telo al Archivo Histórico Nacional en 2017 por expreso deseo de la jurista, para su conservación y difusión. El 9 de marzo de 2020 ha sido presentado en la sede del Archivo una vez se han terminado los trabajo de preservación, digitalización y descripción.
María Telo Núñez (Cáceres 1915-Madrid 2014) fue una jurista española de reconocido prestigio que destacó fundamentalmente por su activismo en defensa de la democracia y la lucha por la igualdad de la mujer. Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca, fue galardonada con el Premio Clara Campoamor. Igualmente es de destacar su pertenencia a varias asociaciones y organizaciones nacionales e internacionales que tenían entre sus fines la defensa de los derechos de las mujeres y su participación activa en la Comisión General de Codificación. Su obra jurídica y política fue decisiva para la reforma del Código Civil a favor de los derechos y la igualdad de la mujer. Es autora del libro "Mi lucha por la igualdad jurídica de la mujer".
El archivo está formado por 53 cajas de archivo, con unas fechas extremas entre 1933-2006 y variedad de formatos y tipologías: correspondencia, manuscritos, recortes de empresa, separatas y monografías publicadas de su actividad profesional en diferentes ámbitos, especialmente referentes al ejercicio de la abogacía y como Miembro de diversas asociaciones defensoras de la igualdad de la mujer, entre ellas la Asociación Española de Mujeres Juristas (AEMJ), la Asociación Española de Mujeres niversitarias (AEMU), el Centre Européen Féminin de Recherches sur l'Evolution de la Société (CEFRES), la Federación Internacional de Abogadas (FIDA) o la Fédération Internationale des Femmes des Carrières Juridiques (FIFCJ). Acceso al Archivo de María Telo en PARES
El archivo que estaba depositado en el Archivo Histórico Nacional desde 1981 ha sido definitivamente donado en 2019 por los herederos del legado Martínez Barrio, es decir por la familia de Juan Arroquia que había recibido la documentación como legado del presidente de la República en el exilio en 1957.
Político español (Sevilla 1883-París 1962), de origen humilde, fue tipógrafo y propietario de una imprenta. Republicano radical, firmó el manifiesto del Comité Republicano en 1930 y ocupó la cartera de Comunicaciones en el gobierno provisional de 1931. Fue Ministro de Gobernación con Lerroux y en 1933 se hizo cargo de la jefatura del gobierno para llevar a cabo las elecciones de 1933. En 1936 fue elegido presidente de la Cortes exiliándose tras la guerra y siendo nombrado Presidente de la República Española en el exilio en 1945.
El fondo que se compone de 26 legajos recoge testimonios documentales fundamentalmente de su gestión como presidente de la república española en el exilio, siendo la correspondencia con los diferentes líderes políticos del momento la documentación más abundante. También se encuentra legislación, actos conmemorativos, entrevistas con políticos internacionales del momento, discursos, sus memoria y diarios, y la documentación sobre el sostenimiento económico del gobierno en el exilio. Signatura: DIVERSOS-MARTÍNEZ_BARRIO,1-26
Documento datado en Madrid, a 15 de diciembre de 1393, en el que Enrique III de Castilla confirma una donación otorgada por su padre Juan I al prior del monasterio de Guadalupe, fray Fernando Yáñez, jerónimo de gran talla intelectual que llegó a ser guía espiritual del monarca, lo que pone de manifiesto la vinculación de los Trastámaras con dicha orden religiosa.
Es de gran interés la iluminación marginal que abarca la capital inicial. Fue famosísimo el scriptorium guadalupense por haber salido de allí códices iluminados de extraordinario valor. La historia oral monástica atribuye a nuestro Fernando Yáñez la fundación del scriptorium (Fr. Sebastián García, Los miniados de Guadalupe, p.54). Sin embargo, los estudios publicados sobre los códices miniados datan su primera época en torno a 1440, es decir, que hay un vacío respecto a los orígenes, que luego pasa a una primera fase de mediados del XV y después a la época de mayor interés artístico con los códices de fines de XV en época de los Reyes Católicos. A falta de un estudio más detenido, este documento –si fue iluminado en el propio monasterio- nos dataría con gran precisión la fecha inicial de la miniatura en este scriptorium, el más sobresaliente en España en el siglo XV y cubriría el vacío que se produce al faltar códices de fines del XIV y primer tercio del XV.
El presente documento datado en Sevilla, el dieciséis de noviembre de 1285 es un privilegio rodado de Sancho IV por el que confirma, a petición de Pedro Núñez maestre de la Orden de Santiago, ciertas donaciones realizadas por su abuelo el Rey Don Fernando y por su padre, el Rey Don Alfonso a dicha orden. Entre ellas se encuentran ciertas casas en Talavera, una parte del portazgo que se obtuviera en la Puerta de Bisagra en Toledo, y la heredad de Yegros, aldea de Toledo, donada por los reyes Castilla en 1150 y ratificada en 1219 a la Orden de Santiago, y más precisamente, al Hospital de Santiago de Toledo.
Entre los fondos de la Orden de Santiago conservados en el Archivo Histórico Nacional, se conservan algunos pergaminos relativos a Yegros, más exactamente dentro de dicho Hospital. Este pergamino debía encontrarse entre los fondos de la Orden que ingresaron en el Archivo Histórico Nacional. Sin embargo, el Inventario del Archivo General de la Orden de Santiago, redactado en el siglo XVIII por Juan Antonio Fernández no recoge ningún documento de esta fecha al Hospital de Santiago, por lo que parece que en ese momento dicho pergamino ya no se encontraba en el Archivo de Uclés.
Documento datado en Palencia el quince de junio de 1255 por el que Alfonso X dona a Pelayo Pérez, Maestre de la Orden de Santiago, la villa de Callosa, su castillo, y Catral, aldea de Orihuela, por juro de heredad, a cambio de haber recibido las tierras que la Orden tenía en Marquina, La Gran, Pipafont y Aguilar de Campoo. Los privilegios rodados eran el documento más solemne despachado en Castilla entre los siglos XII y XV, caracterizado por la presencia de una rueda como signo distintivo.
Lleva sello de plomo pendiente, probablemente de cincuenta milímetros de diámetro, acuñado con la primera de las improntas que utiliza Alfonso X: un castillo de tres torres en el anverso, y en el reverso un león rampante sin corona. Si bien los documentos de la Orden de Santiago ingresaron en el Archivo Histórico Nacional a partir de las leyes desamortizadoras, este privilegio rodado se extravió antes de su ingreso desconociéndose la razón y la fecha. Por tanto, se trata de una adquisición realizada a fin de completar el conjunto documental de la citada orden religiosa.
Documentación producida por la Junta de la Panadería creada ad hoc para la reparación y reconstrucción de la Casa de la Panadería tras el incendio acaecido en la Plaza Mayor en 1672. Se trata de un expediente incompleto, consistente en diez cuadernillos, relativo a las obras lideradas por Tomás Román.
Dicha Junta estaba compuesta por Baltasar de Rivadeneira y Zúñiga, marqués de la Vega, del Consejo de Hacienda y Corregidor de la villa de Madrid en calidad de Presidente. Le acompañaban Lorenzo Santos de San Pedro del Consejo de S.M., superintendente de las obras, y Jerónimo Dalmao, Rafael Saguinetto y Tomás de Álava y Aragón, todos ellos regidores y comisarios de la obra y fábrica.
En su conjunto son acuerdos de dicha Junta para dar libramientos a los artistas y artesanos encargados de cada una de las obras indicadas. Destacando, entre ellos, el pago a los pintores Claudio Coello y José Jiménez Donoso con sus firmas autógrafas.Salto de línea
Ejemplar muy cuidado, en pergamino, probablemente de la primera mitad del siglo XVI y perteneciente a la regla benedictina. Son escasos los códices de esta Orden que se conservan. Redactado en castellano, introduce el latín en algunas páginas. En todas las hojas, salvo en una, está representada la Cruz de Calatrava, emblema de la Orden fundada en el Reino de Castilla en el siglo XII por el Abad Raimundo de Fitero en 1158.
En el texto se alude al comendador Gutierre de Padilla (1497-1515) y al comendador García, en realidad García López de Padilla (1482-1487), último maestre de la Orden antes de que el maestrazgo se incorporase a la monarquía. Ambos estaban ya muertos, por lo que la redacción del códice coincide en fecha con la obtenida del análisis de la escritura y estructura del documento.
La estructura tiene una influencia clara de la imprenta. Es posible que para su redacción se utilizara como modelo un impreso (incunable o post-incunable) adaptado al destinatario. La presentación tan cuidada de este ejemplar, junto a la ausencia de abreviaturas típicas de estas obras además de la escasa utilización del latín, indican que pudo destinarse para un noble, menos instruido que un clérigo.
La escritura presenta líneas rectrices, para evitar que el copista se torciera, así como líneas de justificación, utilizadas para encuadrar la caja de escritura. Destacan las iniciales decoradas que siguen el orden clásico alternante de rojo-azul con rasgueos exteriores en forma de roleos en algunas mayúsculas más propias de inicios del XVI. La iluminación principal está formada por una orla que enmarca la caja de escritura. La miniatura recoge los tres escudos de las Órdenes incorporadas a la Corona: Alcántara, Calatrava, y San Juan. Su estilo es plenamente renacentista, probablemente de la segunda década del siglo XVI, coincidiendo por tanto, el estilo artístico, los escudos y las menciones a los comendadores.