Catalina de Erauso es, sin duda, uno de los personajes más apasionantes del s. XVII español. Nacida en San Sebastián en torno a 1592, en una familia bien asentada y relacionada, protagoniza una historia plagada de vicisitudes que nos acerca a realidades difíciles de documentar para aquella época, como la diversidad sexual o la identidad de género.
Hija de Miguel de Erauso y María Pérez de Galarraga, la misma fecha de su nacimiento resulta confusa. Si bien su supuesta autobiografía afirma que sucede en el año 1585, su partida de bautismo está fechada 7 años más tarde, el 10 de febrero de 1592. Por coherencia con otra documentación conservada, esta última data es la comúnmente aceptada, lo que pone ciertamente en solfa la autenticidad o, en todo caso, la plena fiabilidad de la mencionada autobiografía.
Publicada en París tan tarde como en la década de los 20 del s. XIX La historia de la Monja Alférez, escrita por ella misma es un relato extraordinariamente vívido, en el que la propia protagonista nos hace relación de sus vivencias, al parecer con plena consciencia de su excepcionalidad. En ella Catalina, quien se refiere a sí misma siempre en masculino, nos dibuja una sociedad indiana en la que las redes de solidaridad identitaria tienen una singular importancia. A lo largo y ancho de España primero y luego del Perú, Catalina en “ábito de barón” se acoge una y otra vez al amparo de las comunidades de origen y lengua vasca. El uso del euskera, de hecho, será un recurso que empleará a menudo como medio de comunicarse secretamente con diversos paisanos, logrado así su apoyo en situaciones comprometidas.
Por mucho que la mencionada obra pueda resultar estimulante, es precisamente la abundancia de inconsistencias la que hace especialmente valiosa la documentación que del personaje nos ha quedado. El Archivo General de Indias conserva varios documentos referidos a ella, singularmente una Relación de Méritos y Servicios de 1626, en la que la propia Catalina solicita una pensión en virtud de los servicios prestados a la Corona en su condición de alférez.