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Mercedes Gaibrois Riaño, más conocida como Mercedes Gaibrois de Ballesteros, nació un 18 de septiembre de 1891 en París (Francia). Mujer autodidacta, escritora, erudita e historiadora nacionalizada española, pertenecía a una familia de clase alta de origen colombiano. Era la única hija del diplomático José Trinidad Gaibrois, embajador colombiano en la ciudad de París y posteriormente en Madrid, y de Soledad Riaño y Ruiz, descendiente de una antigua familia criolla de Bogotá. Puede que su pasión por la Historia le viniera por influencia de su padre, quien era aficionado a la geografía histórica y fue fundador de la revista Colombia Ilustrada (1889-1892). Podemos añadir, en relación a su familia, que su abuelo paterno era un médico suizo que llegó a ser director del Hospital de Bogotá.
Los primeros años de su vida estuvieron repartidos entre París y Bogotá, donde realizó sus primeros estudios. Como ya hemos señalado fue una mujer autodidacta y recibió clases con profesoras particulares en su casa. Entre sus docentes estuvieron Soledad Acosta de Samper, escritora de gran relevancia en la Colombia de la segunda mitad del siglo XIX, y la historiadora colombiana Herminia Gómez Jaime de Abadía.
Al principio, su interés se centró en la pintura, llegando a ser premiada por sus trabajos por parte de la Escuela Colombiana de Bellas Artes. En el año 1908, cuando sólo tenía 17 años, su padre muere y ella junto con su madre inicia una serie de viajes de estudios por Europa, que la llevan sobre todo pasar tiempo en y en España. Es precisamente su estancia en Sevilla la que al final se reveló fundamental para su vida. Allí conoció a quien se convertiría en su marido: el historiador hispano-italiano Antonio Ballesteros Beretta (1880-1949), conde de Beretta, cuando era catedrático de la Universidad de Sevilla.
A raíz de su relación con el catedrático, Mercedes decide centrarse de forma definitiva en el estudio de la Historia. Esta unión a nivel personal la llevaron al plano profesional, dando inicio a un interesante y prolijo periodo de colaboración entre ambos, y convirtiéndose en grandes expertos en el estudio de la historia española de los siglos XIII y XIV. Además de compartir temas de investigación, crearon una escuela de historiadores. Fueron padres de dos hijos: el también historiador Manuel Ballesteros Gaibrois (1911-2002), catedrático de Historia de América de la Universidad Complutense de Madrid; y la periodista y escritora Mercedes Ballesteros Gaibrois (1913-1995).
Falleció en Madrid el 25 de enero de 1960 a los 68 años. Además de convertirse en todo un referente a raíz de sus estudios e investigaciones históricas, su relevancia también está en el hecho de pertenecer a ese pequeño grupo de mujeres que en la primera mitad del siglo XX consiguió entrar en los círculos intelectuales eminentemente masculinos, siendo respetada y considerada como una gran profesional y experta en su ámbito de trabajo.
Mercedes Gaibrois Riaño es considerada una gran especialista en el estudio de personajes de los siglos XIII y XIV. Su obra Historia del reinado de Sancho IV de Castilla (1922-1928), publicada en 3 volúmenes,representó un hito en la investigación histórica de España. Obra monumental de la historiografía, con ella se clarificaron muchos aspectos del periodo estudiado. La labor de Gaibrois como investigadora en los archivos fue clave para la elaboración y redacción de este trabajo, llegando a visitar hasta 134 archivos de 90 ciudades españolas. En el Archivo de la Corona de Aragón, por poner un ejemplo, consultó hasta 15.000 documentos de sus fondos. Los especialistas en la materia se refieren a ella como una obra aún no superada, que se caracteriza por su exquisito rigor, y es referencia obligada para todo aquel que estudia la Edad Media española, en general, y para todos los investigadores en particular, quienes pueden aprender cómo hacer un trabajo de investigación histórica gracias a ella.
Además de todo lo mencionado, con este enorme trabajo la historiadora y escritora obtuvo el Premio Duque de Alba, otorgado por la Real Academia de la Historia. Según la tradición académica, las personas que eran reconocidas con esta distinción/ dignidad, eran elegidas como miembros de la institución. Es por ello que, en diciembre del año 1932, los académicos Ramón Menéndez Pidal (1869 - 1968), Elías Tormo Monzó (1869 - 1957) y Rafael Altamira (1866 - 1951) la propusieron para ocupar la medalla 9, vacante por el fallecimiento de Manuel Serrano Sanz.
Finalmente, el ingreso de Mercedes Gaibrois en la Real Academia de la Historia tuvo lugar el 24 de febrero de 1935, cuando leyó su discurso “Un episodio de la vida de María de Molina”, y que la convirtió en la primera mujer en un sillón en la Academia. No sería su único papel dentro de la institución: en 1940 fundó la tertulia y después la revista “El Correo Erudito”; y, tras el fallecimiento de su marido, a finales del año 1949 es elegida para sucederle como bibliotecaria perpetua de la Real Academia de la Historia.
Debemos mencionar que su nombramiento como primera mujer académica de la Real Academia de la Historia no fue el primer hito de estas características que lograba. Ya en 1933, cuando fue condecorada con la Orden de Bogotá en Colombia, se tuvo que realizar una reforma en sus estatutos y lograr un acuerdo especial del Parlamento, ya que nunca una mujer había sido galardonada con tan elevado premio. A lo largo de su vida recibió otros reconocimientos de gran relevancia: fue académica de las Buenas Letras de Barcelona, miembro de la Sociedad de Americanistas de París y Vicepresidenta de la Asociación Española de Ciencias Históricas.
Dentro de su campo de estudio y trabajo, los personajes históricos de la edad media española en los siglos XIII y XIV, a la escritora le interesaron especialmente las mujeres y el papel que tuvieron en los acontecimientos históricos que estudiaba. Había sido precisamente una mujer, María de Molina, el tema central de su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia. Entre las figuras femeninas a las que dedicó su trabajo, destacan Isabel la Católica, Leonor de Trastámara o María de Hungría, sobre la que pronunció una conferencia dentro de un ciclo organizado por el Centro de Intercambio Internacional Germano-Español, en 1926.
También fue la mujer el eje de su obra “Presencia de la mujer en la conquista de América”, editado por la Asociación Cultural Hispano Americana y publicada en 1940. Se interesó igualmente por personajes femeninos contemporáneos. Es el caso de María Goyri (1873-1954), filóloga española y primera mujer en cursar una carrera en la Universidad Central de Madrid, sobre la que dio una conferencia en el Salón del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en abril de 1955 titulada “Homenaje a la memoria de Doña María Goyri de Menéndez Pidal”, donde recogía que «Entre sus manuscritos inéditos ha quedado una biografía de la juventud de Lope de Vega, desde sus diez y siete años hasta los treinta y tres, […] Esperemos que tan atrayente e interesante obra salga a luz en breve plazo.»
Además de las obras publicadas y las conferencias, escribió muchos artículos en revistas como “Voluntad” o “El Correo Erudito”, ambas fundadas por ella misma; y en el Boletín de la Real Academia de la Historia, siempre en torno a la temática de la mujer. Leyendo sus escritos da la sensación de que su trabajo de estudio fue tan pormenorizado y riguroso que le hizo conocer en gran profundidad a las mujeres que estudiaba. Pero al mismo tiempo, su estilo y las afirmaciones, hacían de la propia Mercedes una mujer de ideas bastante progresistas para aquella época, y muy concienciada acerca de cuál era el lugar que esas mujeres, ella misma, sus contemporáneas y las que vinieran después, debían ocupar. Por ilustrar lo mencionado, recogemos un par de ejemplos: de Sor María de Ágreda mencionó que fue «el único Hombre de Estado de su tiempo»; y de Isabel de Castilla dijo «que pensó como hombre y sintió como mujer…fue el temple ideal, la norma admirable donde debemos fijar nuestra inteligencia y nuestro corazón». Como puede comprobarse, una forma de pensar muy avanzada.
Como curiosidad mencionar que la Biblioteca Pública de Tarifa lleva su nombre como reconocimiento a las investigaciones que desarrolló sobre la localidad gaditana de Tarifa, y que dieron como fruto su obra “Tarifa y la política de Sancho IV el Bravo”, la cual contribuyó a recuperar las figuras de Juan Mathé de Luna y Fernán Pérez Maimón, ambos almirantes de Castilla y decisivos en la defensa de dicha localidad gaditana.