"Miniatura", versión romanceada del verbo latino miniare (pintar en rojo, color que era utilizado para resaltar letras capitulares) designa a toda imagen con que se ilustraban los libros antiguos, con indiferencia de la técnica utilizada. El uso de las miniaturas se remonta a la antigüedad, aunque durante la alta edad media queda reducida a los scriptoria monásticos. A partir del siglo XIII, se extiende el gusto por los libros lujosamente decorados entre los medios cortesanos. Con el nacimiento de la bibliofilia y el coleccionismo, proliferan por toda Europa talleres laicos dedicados a una producción de libros de lujo para la aristocracia, las universidades y una incipiente burguesía. Esta moda se extendió a los documentos en el último cuarto del siglo XV, a lo que contribuyó, a imitación del códice, la introducción del formato en cuadernillo en los documentos más solemnes como el privilegio rodado. La irrupción a mediados del siglo XV de la imprenta y los procedimientos mecánicos en la producción del libro, precipitó la disminución de los talleres de los iluminadores, que buscarán en el retrato y la iluminación de documentos una prolongación de su actividad artística.
La ejecutoria de hidalguía, con su extraordinario desarrollo a lo largo del XVI, es considerada como la tipología más característica del documento iluminado en Castilla. Fue entre los hidalgos, el principal elemento fehaciente y probatorio de la calidad de su sangre ante los ayuntamientos, órganos autores de los padrones fiscales; en la ejecutoria se reunían todos los símbolos de su nobleza: el rey que la otorga y reconoce, la religión como elemento supremo del sistema de valores, y la pertenencia a un linaje (J.M. Matilla). Pero no fueron los únicos documentos objeto de adorno. La alta nobleza, titulada y notoria, extiende el uso de la miniatura a otros tipos documentales como fundaciones de mayorazgo, cartas de venta o censos, capitulaciones matrimoniales, permutas o privilegios, y a medida que avanza el siglo XVII, a las concesiones de títulos nobiliarios y grandezas de España.
Los documentos que forman están muestra, la mayoría de ellos inéditos, se conservan en la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional (Toledo). El visitante podrá contemplar las reproducciones digitales de un grupo de documentos miniados, objeto de la demanda de todas las capas de la nobleza española durante la época de mayor esplendor de la iluminación al temple, los siglos XVI y XVII.