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El Director General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes asistió, en representación del gobierno de España, a la presentación de las pinturas restituidas que tuvo lugar en el castillo de Goluchow (Polonia), el pasado 17 de marzo.
Con este acto, que contó con la presencia del Ministro de Cultura polaco, del Embajador Español en Polonia y del Vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, culmina un proceso que se inició tras la petición formal de restitución realizada en 2021 por el Ministerio de Cultura de Polonia al Ministerio de Cultura y Deporte de España.
La presencia documentalmente rastreable en España de las tablas restituidas comienza con su compra en 1981 por parte del coleccionista José Fernández López, quien las depositó, junto con otras obras, en el Museo de Pontevedra. En 1994, un lote de esas piezas depositadas fue adquirido por la Diputación de Pontevedra, Xunta de Galicia y Concello de Pontevedra, de modo que las dos pinturas de Dieric Bouts pasaron a formar parte de la colección permanente del Museo de Pontevedra sin que existiera la más mínima sospecha de cuál era su verdadero origen.
En 2020, tras la publicación en internet de fotografías de las obras en las que éstas aparecían por primera vez con sus marcos, el gobierno de Polonia identificó las dos pinturas de Pontevedra con las que fueron sustraídas por los nazis y sacadas de Polonia durante la II Guerra Mundial, aportando información que demostraba todos estos extremos y cursando unos meses más tarde, solicitud de restitución formal ante el Ministerio de Cultura y Deporte español para que comenzase los trámites para devolver las obras reclamadas a su país de origen, en aplicación de la Directiva 2014/60/UE y la Ley 1/2017 sobre restitución de bienes culturales que hayan salido de forma ilegal del territorio de un Estado miembro de la Unión Europea.
Como parte de este proceso, la Diputación de Pontevedra, propietaria de buena fe de las obras, tuvo que acordar en su Pleno, la restitución al gobierno polaco y la desafectación de las dos pinturas de las colecciones del Museo de Pontevedra, para que pudiera llevarse a cabo la entrega y traslado, previa licencia de exportación emitida por el Ministerio de Cultura y Deporte.
Las pérdidas de guerra que experimentó Polonia durante la II Guerra Mundial en el ámbito de la cultura se contabilizan, todavía a día de hoy, en cientos de miles de objetos saqueados o destruidos. Los que se salvaron están dispersos por todo el mundo y la tarea de recuperarlos supone un trabajo arduo, a menudo de muchos años, que las autoridades polacas llevan muchos años realizando. Por ello actos de entrega como el que ha tenido lugar el pasado día 17, fruto de una colaboración exitosa entre países amigos, suponen una excelente noticia. Después de casi 80 años las dos pinturas han vuelto a su lugar de procedencia.
Un díptico de la escuela flamenca
El díptico restituido fue realizado en los talleres del pintor holandés Dieric Bouts. Se trata de dos óleos sobre tabla que representan a la Virgen María derramando lágrimas y a Cristo coronado de espinas. Esta iconografía, que tuvo gran éxito desde mediados del siglo XV, reduce los elementos de la composición al máximo, centrándose en la expresión del dolor derivado de la Pasión de María y Jesús, cuyos rostros y manos ocupan prácticamente toda la superficie pictórica y se recortan sobre un fondo neutro dorado.
Los marcos, que como queda dicho más arriba, fueron el elemento singular que permitió identificar el origen de estas pinturas, presentan unas inscripciones en latín que interpelan directamente al espectador: “¿Qué hombre no lloraría al ver a Cristo en tanto suplicio?” en el de Jesús y “¿Quién no se entristecería con la madre contemplando tanto dolor de su doliente hijo?", en el de María. Es típico del siglo XVI flamenco recurrir a los marcos para completar la iconografía, así como para dar información sobre el autor u otros aspectos.