Febrero se ha consolidado como el mes del diseño en sus múltiples facetas a través de diversas exposiciones, seminarios, ferias y festivales, como ARCO, Madrid Design Festival o Madrid Fashion Week. En este contexto, y en el marco de la Dirección General de Bellas Artes, el diseño se plantea también como una disciplina transversal, en sus diversas vertientes, colecciones, centros, competencias y líneas estratégicas de futuro, y un elemento transformador de la sociedad.
Históricamente, la relación de las colecciones estatales con el diseño se remonta al siglo XIX cuando se crea en 1871 la Escuela de Artes y Oficios, que tenía también un Museo Industrial. Se retomaba así el enorme interés que desató en las grandes ciudades europeas la industria asociada al avance técnico y a la funcionalidad de la vida moderna.Tanto la influencia del Arts & Crafts británico como del Art nouveau supusieron una renovación artística en todos los campos de la creación artística en España de fin de siglo y en el arranque del siglo XX.
La Guerra Civil supuso una ruptura con la incipiente eclosión cultural de los años anteriores y los que siguieron, una época compleja con múltiples luces y sombras, que se prolongó hasta el período de apertura económica y la lenta recuperación de los años sesenta. Durante la Guerra Civil, el diseño gráfico vivió uno de sus mejores momentos en ambos bandos como elemento propagandístico, y en la década de los años treinta, el Patronato Nacional de Turismo encontró en el cartel un medio de difusión tremendamente útil para alcanzar a un público masivo.
El páramo cultural de la posguerra afectó a todas las disciplinas artísticas y si bien existieron trayectorias individuales notables, no fue sino a partir de la década de los años cincuenta cuando diversos arquitectos, diseñadores y artistas hicieron incursiones en el mundo del diseño de mobiliario, textil e industrial, partiendo en muchos casos de una reinterpretación de la cultura popular. Fisac, Coderch, Barba Corsini, Feduchi, Sáenz de Oíza fueron los principales defensores de la arquitectura moderna de esos años, ideando una nueva manera de entender la sociedad.
Los años sesenta en España estuvieron marcados por la apertura económica del régimen, los incipientes cambios sociales, la explosión de la cultura de masas y el despegue de la industria. Empresas como H Muebles o Darro auspiciaron la confluencia de arte, arquitectura e industria en el diseño de mobiliario.
Desde la entonces Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos se promovió la difusión del diseño europeo con la llegada de la Transición y de la democracia a través de exposiciones como Forma y estructura. El constructivismo en el arte moderno, en la arquitectura y en las artes aplicadas finlandesas (1980) en las salas de exposiciones de la Dirección General o Diseño industrial danés (1981), celebrada en el Museo Español de Arte Contemporáneo. Más adelante, fue el Centro de Arte Reina Sofía y posterior Museo Nacional quien aglutinó las exposiciones más relevantes en materia de diseño a finales de la década de los ochenta y primeros noventa.
En la actualidad, se desarrollan en el seno de la Dirección General diversas líneas de trabajo en torno a la investigación, el incremento de colecciones y la protección del diseño en sus diversas vertientes.