La Junta de Cultura Histórica y del Tesoro Artístico, creada el 23 de diciembre de 1936 para cada una de las provincias, tenía como objetivo salvaguardar del comercio la cultura histórica y artística. En Madrid, esta Junta habilitó depósitos en edificios caracterizados por su solidez y apartados del frente de guerra, a los que se podían trasladar los bienes culturales en peligro. Fue el caso de la iglesia y cripta de San Francisco el Grande, que albergó toda la colección de carruajes del Palacio Real, así como numerosas imágenes de talla, pinturas y objetos decorativos. En los diferentes depósitos establecidos, fueron albergados más de 20.000 objetos, perfectamente inventariados y con referencia de su lugar de procedencia y propietario.
El método de trabajo de la Junta de Madrid consistía en la realización de visitas de inspección a los lugares en que se albergaban bienes de interés cultural, donde se establecía la mejor manera de protegerlos: bien in situ reuniéndolos tras su inventario en habitaciones precintadas, o bien mediante su incautación y traslado a alguno de los diferentes depósitos establecidos. Si se procedía a la incautación los bienes eran inventariados, y se levantaba acta con copias de la misma para el propietario y para la Junta. Esta documentación fue básica para la restitución de los bienes a sus propietarios una vez acabada la guerra.
Ficha: 4/100 Unidad: Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de España.
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