Nacido en Madrid, en 1936, Alfredo Alcaín Partearrroyo estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Grabado y Litografía en la Escuela Nacional de Artes Gráficas y estudios de Decoración cinematográfica en la Escuela Nacional de Cinematografía.
Inició su dilatada trayectoria artística en los años 60 y 70 del siglo pasado, en los que fue uno de los exponentes, junto con Luis Gordillo, del Pop Art español que reaccionó contra el informalismo del Grupo El Paso, evolucionando después hacia la abstracción cubista. Su pintura ha oscilado entre el pop y el realismo crítico, y su continuada labor como creador le ha llevado desde la pintura a la escultura, a los collages, a las composiciones con objetos enfrentados y a los grabados.
Desde los 80 se produce un enfriamiento en el tono de su pintura, y comienza a incorporar relieves de madera y objetos que terminan saliendo del soporte pictórico, que se individualizan como objetos tridimensionales.
Partiendo del realismo, Alcaín ha mantenido una coherente evolución dentro de la figuración, que le ha permitido asimilar los más distintos movimientos contemporáneos. Ha llevado a cabo más de cuarenta exposiciones individuales, y su obra aparece representada en numerosos museos, entre los que figuran el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, el Museo Municipal de Madrid, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Museo del Grabado de Buenos Aires.
En el año 2003 recibe el Premio Nacional de las Artes Plásticas, según el jurado, “en reconocimiento a su aportación al desarrollo de las artes plásticas desde su personal interpretación del pop, guiado siempre por la reflexión sobre los estereotipos de la modernidad”.
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Orden por la que se concede el Premio nacional correspondiente al año 2003