Gozo, "Nuestra Señora del Tura"

Número de inventario: 72507. Olot (Gerona).

Papel. 30 x 42 cm.

Tenemos noticias sobre la veneración de la Virgen del Tura ya en el año 872, en ellas se nos relata que fue un toro quien encontró la imagen en la Cueva de Mas Caritat. Del animal tomará el nombre de su advocación, ya que el término tura está basado en la etimología de la palabra toro. En muchos casos las leyendas sobre la aparición de la Virgen, así como sus milagros van asociados a bueyes, vacas o toros, animales que juegan un importante papel actuando como guías. La verdad taumatúrgica de estos fenómenos diversos, asociados a términos fantásticos, tiene mucho que ver con la intención de suscitar una mayor veneración hacia la imagen hallada, al margen de la mayor o menor credibilidad del hecho en sí, reservada ésta al fuero interno de la conciencia del creyente, así como atribuir a las imágenes una antigüedad de la que carecen. Pero el hecho de que sean los animales quienes lleven a sus amos a aquellos lugares donde se sucederán las visiones, milagros o encuentros prodigiosos no sólo pertenece a la órbita cultural cristiana, hay por ejemplo una leyenda árabe que intenta explicar el hallazgo del café mediante la labor de una de las cabras como guía hacia esta planta (J. M. Pedrosa, 2002: 110).

El toro también será el emblema de Cristo, por su muerte, al ser este animal una de las victimas más utilizadas en los sacrificios, junto a los corderos. Incluso en las corridas de toros se asemeja al animal con Cristo, que camina hacia la muerte con el llamado pase de verónica, en clara referencia al momento de la pasión en el que a Cristo le enjugan el sudor del rostro.

CNZ