Número de inventario: 21293. Otero de Bodas (Zamora).
Maderas de roble y encina, hierro. 157 x 60 x 19,5 cm.
La grada es un apero que se documenta ya en época romana pero que adquiere su desarrollo fundamental a partir de la Edad Media (J. L. Mingote Calderón, 1989). La que se presenta aquí responde a un modelo de fabricación local y casi “casera”. Frente a las pesadas gradas metálicas que se difunden a partir de modelos industriales extranjeros en el siglo XIX, este otro tipo enlaza con soluciones técnicas muy primitivas, como es el servirse de unas ramas como elemento con el que allanar e igualar la tierra tras ser sembrada.
Dentro de todos los modelos posibles, la grada de varas es de las más ligeras, tanto por su tamaño como por su peso –hay algunos realizados enteramente en madera, incluyendo los dientes, con una fabricación muy cuidada, un tamaño considerable cuyo efecto es incrementado con el peso de una persona o de grandes piedras–, y por ello cabe pensar en un uso sobre una tierra sin terrones que romper (la grada, además de para cubrir la simiente, se usa para desterronar). Por tanto, el uso de esta pieza asociado a una zona de huerto es lo más factible.
JLMC