Número de inventario: 13946. Madrid.
Cera, madera. 32 x 26 x 1,7 cm.
En la iconografía cristiana Jesucristo aparece representado, entre otros, bajo el símbolo de un cordero, imagen descrita en el Antiguo Testamento, en el Evangelio de San Juan y, sobre todo, en el Apocalipsis (5,9): “Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque has sido degollado y has rescatado para Dios con tu sangre hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Tu has hecho para Dios un reino de Sacerdotes reinando sobre la tierra”.
La iconografía y el nombre de Jesucristo como cordero fueron adoptadas por el Agnusdei, medallón de cera sagrada consagrado personalmente por el Papa siguiendo un ritual que ha permanecido inalterado hasta la Segunda Guerra Mundial y, al mismo tiempo, sacramental muy apreciado en todo Occidente por sus virtudes profilácticas contra diversos males (M.ª A. Herradón Figueroa, 1999). Así, presenta en el anverso el cordero pascual con nimbo y estandarte, sentado sobre el libro con los siete sellos; todo rodeado por la leyenda latina Ecce Agnus Dei, qui tollit pecata mundi (“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”); el reverso se reserva para las imágenes de devoción del Pontífice, en este caso San Antonio de Padua, San Benito o San Bernardino.
Los nueve Agnusdei que figuran dispuestos en este marco corresponden al pontificado de Benedicto XIV (1740-1758), aunque sólo el central, de un tamaño verdaderamente notable, conserva legible la fecha concreta de su consagración: 1741.
Publicado en M.ª A. Herradón Figueroa (1999: 235-237, il. nº 9).
MAHF