Número de inventario: 6292. La Penilla (Cantabria).
Hierro. 21,5 x 8,5 cm.
Estas tijeras se utilizaban para la pesca de la anguila en el río Pirueña. En los ríos cántabros era más corriente la utilización de redes, butrones y sobre todo nasas, que la pesca con anzuelo. En estos ríos la pesca de truchas y anguilas era de dominio público, mientras que la del salmón solía estar reservada a grandes señores y monasterios, eran las llamadas “regalías salmoneras” (J. González y A. Díaz, 1988: 149).
La anguila vive en ríos y en aguas tranquilas. La puesta de huevos es un misterio, se cree que para desovar emprende una largo viaje en el océano hasta el Mar de los Sargazos. Las larvas nacen y, empujadas por la corriente, emprenden el viaje de regreso a Europa. En la entrada de los ríos son las llamadas angulas, hasta que ya en aguas continentales llegan a edad adulta. La anguila es un pez serpentiforme y está protegido por una mucosa que le hace muy escurridizo. Por la especial forma de sus branquias es capaz de sobrevivir mucho rato fuera del agua. Vive en el fondo de los ríos y prefiere la oscuridad y las aguas turbias. Las tijeras no se utilizarían para pescar directamente el pez en el agua, si no más bien, dadas las características de este animal, para agarrarlo una vez capturado en una trampa o red y matarlo. Esta operación se realiza dando un golpe cerca de la cola debido a que ahí se encuentra la bolsa linfática. Incluso hoy en día, en los manuales de pesca deportiva, se recomienda el uso de tijeras para ayudar a sacar el anzuelo, que se clava muy profundo en las branquias de la anguila (J. Roig, 1991:144).
CLV