Número de inventario: 11657. Madrid.
Asta, hueso, coral. 3,2 x 2,7 x 1,5 cm.
Un capítulo fundamental a la hora de fabricar los amuletos lo constituye la elección de las materias primas. Desde la Antigüedad son tres los materiales más indicados por su valor profiláctico: el azabache, el coral y el cristal de roca, cuyas propiedades Plinio describió con sumo detalle. En España, al igual que en todo el área mediterránea, los amuletos más característicos presentan básicamente esas materias, que se utilizan bien de forma individual bien sumando dos o más de ellas a fin de reforzar el carácter protector del objeto.
Cuando no era posible disponer de azabache, coral o cristal de roca se recurría a materiales cuyo color imitara o recordara el original: el azabache se podía sustituir por vidrio negro, el coral por pasta vítrea roja y el cristal de roca por marfil, hueso o asta. Así, estos dos amuletos se han trabajado a partir de materiales de sustitución de origen animal, muy abundantes en el medio rural español.
En hueso se ha tallado el amuleto o higa que figura una mano derecha cerrada: sin embargo, el gesto de “hacer la higa”, que sitúa el pulgar entre el índice y el corazón, no se representa aquí en la forma clásica. En este caso es una rama auténtica de coral sin trabajar la que se convierte en el elemento de oposición más significativo contra el denominado mal de ojo. Hay que recordar que el coral presenta la rara particularidad de hacer coincidir en su naturaleza los tres reinos: animal, vegetal y mineral.
Una vez más, materia y forma se unen con el fin de incrementar la acción beneficiosa y protectora.
Está publicado en C. Alarcón Román (1987: 122, il.).
MAHF