Número de inventario: 4815. Barcelona.
Plata, hueso. 12 x 5,5 cm.
La naturaleza fantástica de la sirena, híbrido de mujer y de animal marino, se ha venido relacionando desde la Edad Media con todo tipo de influencias negativas, desde la lujuria al engaño pasando por el encantamiento del que había sido víctima Ulises. De ahí que en diversos países del entorno mediterráneo la sirena se haya considerado como un eficaz protector contra el mal, siguiendo el principio del rechazo entre iguales: por tanto, los sonajeros en forma de sirena salvaguardan a su portador, normalmente un niño de corta edad, aunque a veces también podían llevarlo las mujeres. Formalmente estas piezas son herederas de los pinjantes o brincos manieristas, característicos de la joyería española.
Las piezas más antiguas, al ser más próximas a los modelos de dichos pinjantes, conservan un acusado volumen, aunque en ellas los colgantes, perlas barrocas y piedras preciosas se transforman en cascabeles. Por el contrario, las modernas, como ésta adquirida en 1935 en las Galerías Layetanas de Barcelona, son planas. Según información de Ismael del Pan, “este colgante-talismán pende del cuello de los niños en casi toda Cataluña, especialmente en la costa gerundense”.
Está publicada por C. Baroja de Caro (1945: 34, lám. XVII) y C. Alarcón Román (1987: 75, il.).
MAHF