Cencerro

Número de inventario: 4353. Badajoz.

Latón, Madera. 27,5 x 17 x 10 cm.

El uso de reclamos ha sido constante a lo largo de la historia de la caza. Como anota M. D. Broza (2003), los reclamos podían hacer que se acercara el animal que se pretendía cazar mediante el sonido de algo que le produjera atracción o bien que éste le diera la tranquilidad de pensar que no había ningún problema, con lo que era el cazador quien podía acercarse. Esta segunda alternativa es la que se constata asociada a esta pieza, que se relaciona con la alusión de este autor relativa a la imitación del mugido de la vaca para cazar rebecos o sarrios, en el Pirineo, como forma de pasar desapercibido mediante un sonido que le era familiar al animal salvaje. Su tamaño y la presencia de un mango indican bien a las claras que se ha usado como señuelo con el que pasar camuflado por un animal vacuno. Supone, pues, una cierta diferencia respecto a aquellos reclamos que imitan las voces de los animales que se pretende cazar y que son los más extendidos y conocidos.

Aunque parece algo excesivo, según la información del Libro de Registro, esta pieza se ha usado en la “caza de pájaros”.

JLMC